Volkswagen Tipo 1 alias Escarabajo, Fusca y más

Con una historia tan rica como complicada, decir Volkswagen Tipo 1 es hablar del auto más vendido a nivel mundial y décadas de producción, pero también es hacer mención a un símbolo que ha trascendido nombres, naciones y creencias. Significa pensar en cómo un auto puede convertirse en mucho más que un medio de transporte para ser parte de la familia.
hace 3 años
Volkswagen Tipo 1 alias Escarabajo, Fusca y más

Tan importante es, el que alguna fue pensado como el auto del pueblo, que tiene un día internacional que sirve de excusa para rendir gratitud y conducir con orgullo su Volkswagen Tipo 1. La fecha clave es el 22 de junio en la que los amigos y fanáticos conmemoran aquel día de 1934 en que se firmó el contrato para la fabricación del auto.

Distintas formas de llamarlo se han granjeado a lo largo y ancho del planeta, pero un amor único parece hermanarlos a todos.

Tres cortitas y al pie

El más vendido del mundo. Pese a que el prototipo del Volkswagen Tipo 1 fue presentado en el Salón del Automóvil de Berlín de 1938, no fue hasta la finalización de la Segunda Guerra que este comenzaría a producirse. En el año 1972, este vehículo que nació para romper récords, vio salir de su fábrica la unidad número 15.007.034 haciendo de este el automóvil más vendido, dejando atrás al mítico Ford T. Otro récord gracias al fanatismo y la hermandad se dio el 1 de mayo de 1995 en Brasil cuando 2.728 fuscas establecieron “el desfile más largo de un solo modelo”.

Sano juicio. Mucho se ha dicho respecto a la originalidad del diseño de Ferdinand Porsche, los que no dudaron en discutir en la justicia la falta de originalidad fue la familia Ringhoffer propietarios de la compañía Tatra, quienes patentaron las pruebas de refrigeración por aire para su Tatra T97 de origen checoslovaco desarrollado en la década del ‘30. La demanda significó que en el año 1961 Volkswagen debiera pagar un millón de marcos alemanes, cifra esta que muchos discuten como el rol de Ganz y Porsche.

El rey y los mariachis. El último Volkswagen Tipo 1 se produjo en el año 2003 en la fábrica que Volkswagen tiene en la ciudad de Puebla, en México. El último Vocho, tal la denominación que recibe el vehículo en la tierra de Cantinflas, es el número 21.529.464 y fue homenajeado con flores y mariachis que interpretaron en su honor “El Rey”. Este último vehículo luego de los tributos se envió al museo de Volkswagen en Wolfsburgo.

Pintarse la cara color esperanza

Es por demás conocida la historia de que el Volkswagen Tipo 1 fue solicitado por Hitler cuando ocupaba la cancillería Ferdinand Porsche con la consigna de crear un vehículo que pudiese transportar a dos adultos y 3 niños, respetando ciertas particularidades como que debía ser bello, aerodinámico, fácil de mantener, soportar un trato duro y alcanzar una velocidad de 100 kilómetros por hora. Sin dudas que el “auto del pueblo” tuviese a Hitler entre sus orígenes es una cuesta difícil de remontar, pero no imposible.

Pasada la Segunda Guerra el mercado norteamericano abrazó con fuerza al Tipo 1 ya que para los automovilistas representaba, entre otras cualidades, diversión, juventud e independencia lo que se apoyaba estratégicamente en las campañas publicitarias completamente ingeniosas y disruptivas que estuvieron a cargo de la agencia de publicidad neoyorkina DDB. Conceptos como “Piensa pequeño” y “Nadie es Perfecto”, hicieron del Beetle un producto más cercano, ciertamente menos lujoso y sobre todo al cual se le podía tomar cariño.

La década del ´60, marcada por la idea del amor y no la guerra, haría de este automóvil su máxima expresión.

Un auto de películas

Si se piensa en una película en la que se haya visto un escarabajo seguramente la mayoría diría sin temor a equivocarse The Love Bug o Cupido Motorizado. Esta cinta del año 1968 es la primera de una serie de films de Disney en la que Herbie se muestra como un vehículo que, además de manejarse solo, tiene sentimientos y comportamientos humanos gracias a un extraño suceso en el que interviene el retrato de la esposa del creador del automóvil.

Esta saga ha sido las delicias de grandes y chicos que han visto como el auto del pueblo, identificado con el número 53, vive diferentes aventuras que tienen en vilo a los espectadores.

Pese a este protagonismo que ha quedado en la cultura popular, no han sido estas las únicas apariciones en películas del Volkswagen Tipo 1 que por ejemplo aparece muy despacio y casi cual si fuera paseando mientras se produce una terrible persecución por las calles de San Francisco en Estados Unidos.

La película a la que hacemos referencia es Bullitt, también del año 1968, dirigida por Peter Yates y protagonizada por Steve McQueen en la que este interpreta a un teniente que a bordo de su Ford Mustang GT-390 persigue a dos asesinos a sueldo que escapan en un Dodge Charger R/T.

Si bien la persecución es una de las mejores y recordadas de la época, mucho de este involuntario mérito se debe a los “cameos” del escarabajo verde que parece pasar de todo e incluso de los encargados de chequear en la edición los errores de tiempo. Si este Volkswagen tuviera vida propia como Herbie nos atreveríamos a decir que está haciendo turismo por la ciudad californiana.

¡Querido Pepe Mujica ahora te toca a vos!

Pocas personas en el ámbito público son tan sinceras y frontales como José “Pepe” Mujica, dirigente social y ex presidente de Uruguay. Durante su presidencia su Volkswagen cobró una importancia inusitada que lo llevó a contar que “desde siempre somos amigos de los fuscas. Recuerdo que el primero lo conocimos en la década del 50, cuando éramos muchachos, y nos pareció horrible, pero con el paso de los años, cuando intentábamos cambiar la suerte del mundo en que vivimos, nos enamoramos de ellos”.

En el marco de la cumbre G77 + China del año 2014 en Bolivia tomó estado público un fuerte rumor que aseguraba que un jeque árabe estaba dispuesto a pagarle un millón de dólares al Pepe por su Fusca celeste del año 1979, mientras que Felipe Enríquez, embajador de México en Uruguay, ofrecía cambiárselo por diez camionetas.

Si bien aseguró "Yo no tengo compromiso con los fierros", el por entonces mandatario estaba convencido que lo sugestivo de las ofertas se debía exclusivamente a que “los seres humanos tenemos algo de fetiche y necesitamos algunos símbolos materiales". Por un instante pensó en realizar la transacción para utilizar lo recaudado en el Plan Juntos que construye casas, programa para el cuál el presidente uruguayo donaba mensualmente la mayor parte de su sueldo.

Finalmente, atendió al pedido de los uruguayos que por las redes sociales y en persona le pidieron que “el Fusca no se vaya del país. No sé si algún día se va o no se va, pero mientras yo viva va a dormir en el galpón”. Mujica aseguró, con su estilo único, que “nunca lo podremos vender porque ofenderíamos a ese puñado de amigos que se juntaron para hacernos ese obsequio”.

Pepe Mujica, “el presidente más pobre del mundo” como lo calificó la prensa, aún conserva su Fusca de la misma manera que su coherencia e ideales.