Vol ¿qué? La comida está servida

En el año 1997 Barry Levinson, director cinematográfico de entre otras Good Morning, Vietnam; Rain Man y Bugsy, volvió a cautivar a los cinéfilos con Wag the Dog traducida como La cortina de humo y Mentiras que matan, en España y Argentina respectivamente.
hace 3 años
Vol ¿qué? La comida está servida

El film protagonizado, nada más y nada menos que por Dustin Hoffman y Robert De Niro, cuenta de manera cínica y punzante cómo se instalan noticias y rumores que sacan del foco de donde estaba puesto, en este caso y solo en modo ficticio, en el Salón Oval de la Casa Blanca. Si aún no lo vio se lo recomiendo para este fin de semana, es un excelente plan y una de esas películas que merecen convertirse en clásico.

Por estas horas el rumor ya se ha echado a correr en la opinión pública a nivel mundial encontrando una importante porción de la prensa que sostiene que sí se producirá un cambio en la denominación de Volkswagen y otra tanta que sostiene lo contrario, ambas con una argumentación similar y la infaltable mención de fuentes confiables, fidedignas, de altas esferas y otros adjetivos de similar uso e impacto.

Será el paso del tiempo, el manejo de las verdades, el apego por el pasado y la tradición la que les permita saber cuál es el camino correcto, o cuanto menos el que más claro se vea. Volkswagen o Voltswagen esa es la cuestión, y aquí cada quien escoge la versión que más le guste comprar, porque nada es gratis y mucho menos se regala, mientras tanto que hablen porque el foco ya se ha puesto donde se deseaba.

Una identidad que es mucho más que un nombre

El hecho que Volkswagen insinúe, o por lo menos genere revuelo con el intento, que puede llegar a cambiar su nombre hace que todo lo aprendido sobre la identidad vuele por los aires y se derriben los preceptos más sagrados.

Volkswagen que significa “auto del pueblo” ¿qué significará si cambia de nombre?, ¿a quiénes representará si deja de tener su logo?, ¿podrá con un cambio de denominación borrar su pasado de aciertos y errores?

Tal vez, y solo tal vez, el juego al que se atrevió a jugar la firma alemana con aquello de Volkswagen o Voltswagen signifique una posibilidad de repensarse, puertas adentro y afuera de la organización. Este hecho implicaría decir esto fuimos, esto somos y esto queremos ser, pero primero hay que esperar que los ambages del humo se disipen.

Acuerdo de París

El 12 de diciembre de 2015 en Francia, 197 naciones a través de sus representantes se comprometieron en adoptar el Acuerdo de París y hacer cuanto sea posible para abordar el cambio climático y sus efectos negativos.

El documento surge de la comprensión respecto a que “el cambio climático constituye una emergencia mundial que va más allá de las fronteras nacionales. Se trata de un problema que exige soluciones coordinadas en todos los niveles y cooperación internacional para ayudar a los países a avanzar hacia una economía con bajas emisiones de carbono”, tal como se expresa en la web de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El Acuerdo de París que a la fecha cuenta con 195 Estados que lo han firmado y 189 que lo han ratificado, establece un “marco duradero” de los esfuerzos mundiales que se han de realizar en los venideros decenios, estableciendo entre otras cosas el compromiso de “mantener las temperaturas mundiales muy por debajo de los 2 °C (3,6 ºF) más con respecto a la época preindustrial, tratando de buscar medios para limitar la subida a 1,5 °C”.

Para lograr esta meta el aporte de las automotrices podría centrarse, entre otros aspectos claves, en apostar por los autos eléctricos como un esfuerzo por combatir el cambio climático. Volkswagen ha hecho público su apoyo al acuerdo afirmando que están trabajando para “ser neutrales en carbono en toda nuestra flota, producción y administración para 2050”.

Este objetivo es sostenido por Scott Keogh, CEO de Volkswagen Group of America, quien afirma su ambición de ser “la empresa que haga que los vehículos eléctricos sean accesibles para millones, no solo para los millonarios”.

Volkswagen: confieso antes ustedes hermanos

Pese a que todos somos buenos, algunos son más buenos que otros o ¿será que ya se aceptó aquella genialidad que Quino le hizo decir a Felipe, uno de sus personajes más entrañables de Mafalda, aquello de que “no podemos ser todos buenos”?

Lo cierto es que en el mismo año que se adoptaba el Acuerdo de París, Volkswagen vio como su imagen corporativa era puesta en duda respecto a la limpieza de su reputación.

La Agencia de Protección Medioambiental (EPA) de Estados Unidos afirmó que el Grupo Volkswagen falseaba las emisiones de algunos de sus vehículos a través de un software presente en diferentes modelos del 2009 y 2015, motivo por el cual se decidió llamar a revisión casi medio millón de automóviles.

Ante la investigación criminal llevada a cabo por EPA, Martin Winterkorn, Presidente del Consejo Asesor de Volkswagen, afirmó: “Personalmente, lamento profundamente que hemos roto la confianza de nuestros clientes y el público. Vamos a cooperar plenamente con los organismos responsables, con transparencia y urgencia, para establecer abiertamente y completamente todos los hechos de este caso”.

Martin Winterkorn, quien sostienen sabría bien toda la maniobra, renunció a su cargo luego del escándalo de los motores diésel TDI de cuatro cilindros manipulados al que la prensa, sin dudarlo un segundo, llamó Dieselgate. En el año 2017 la marca se declaró culpable, accediendo a pagar millones de dólares en concepto de sanciones civiles y penales.

Como no podemos ser todos buenos, y mucho menos si no hay sanciones ejemplares, la suerte de Martin Winterkorn, junto a otros directivos, aún no está resuelta porque la Fiscalía de Braunschweig, Alemania, acusó formalmente al ex directivo en el 2020 por “Estafa grave, Competencia desleal, Falsedad documental, Malversación y Evasión fiscal” cargos a los que se le sumarán las acusaciones pendientes en Estados Unidos por “Conspiración para defraudar a Estados Unidos, Fraude electrónico y Violación de la ley medioambiental”. Posiblemente, los popes de Hollywood ya estén firmando contratos y acuerdos para lo que podría convertirse en otro clásico de su producción.

El futuro de los autos eléctricos y los autos eléctricos del futuro

Saber si Volkswagen o Voltswagen es un dilema, un truco publicitario o un cambio de paradigmas será solo una cuestión de tiempo y análisis para ver por dónde viene el futuro. El mismo que aún tiene que establecer el lugar que los autos eléctricos se hacen en las diferentes sociedades del mundo, lo cierto es que cada día son menos futuro y más presente.

Desde Volkswagen se explica que sus clientes están buscando algo que sea progresista y eso es pensar en “eléctrico”, ya sea que se trate de “reducir su huella de carbono o simplemente la adopción de una nueva tecnología”, lo importante es transformar la forma de pensar la movilidad.

Si los autos eléctricos llegarán a ser un clásico algún día, posiblemente la respuesta sea sí, pero dependerá mucho de las nuevas generaciones, las disposiciones para renombrar a los actuales clásicos y el compromiso férreo para que todos seamos buenos.