Togliatti ciudad rusa con toques italianos

Decir comunismo en la actualidad, para muchos, resulta un concepto que se encuentra vivo en los libros de historia en los que aún se siguen librando batallas, no solo ideológicas, por pensar y repensar diferentes terrenos como la filosofía, política, cultura y demás. Otros lugares donde vive el comunismo, para esos mismos muchos, son los países tan desconocidos como Corea del Norte o Vietnam, es por ello que hay pinceladas rojas que son desconocidas.
hace 3 años
Togliatti ciudad rusa con toques italianos

Una de esas pinceladas culturales nos dice que en la por entonces Unión de República Socialistas Soviéticas (URSS), hoy Rusia, los nombres de las ciudades solían ser cambiados por los de destacados miembros del partido, dentro o fuera del bloque. Este era un reconocimiento que, luego de la desintegración de la URSS, no todas las ciudades estuvieron dispuestas a seguir tolerando, por caso San Petersburgo que luego se llamó Petrogrado para más tarde convertirse en Leningrado y en la actualidad, luego de un plebiscito, ha retornado a su denominación primigenia y guardando el mínimo recuerdo para el máximo artífice de la revolución bolchevique.

En ese contexto de homenajes, plebiscito, comunismo, libre mercado e identidad, existe Togliatti conocida también como la capital automotriz rusa que debe su nombre a un dirigente italiano.

El negociador

Palmiro Togliatti fue, junto al filósofo Antonio Gramsci, fundador del Partido Comunista Italiano (PCI) y luego del arresto del filósofo, Secretario General hasta su muerte.

En el año 1926 el partido fue ilegalizado por el gobierno de Benito Mussolini quien dio la orden de encarcelar a los comunistas, Togliatti se salvó de ser arrestado por el gobierno fascista por encontrarse en la URSS participando de la Internacional Comunista. Desde el exilio que le tocó vivir fue elegido Secretario General y participó en la Guerra Civil española.

Para mediados de la década del ´40 retornó a Italia donde trabajó incansablemente por hacer crecer al partido y llevarlo a este hacia una democratización moderada que le permitió a Togliatti ser parte, por ejemplo, del gobierno de Alcide De Gasperi.

Víctima de un atentado y pese a sus méritos como líder que le significó al PCI llegar a ser la segunda fuerza en Italia y el más importante Partido Comunista de la Europa Occidental, se dice que la ciudad Stravrópol, en Rusia, pasó a llamarse Togliatti como reconocimiento a la intercesión realizada por el Secretario General del Partido Comunista Italiano ante la Fiat para que esta aceptase montarle fábricas y brindar todo su conocimiento a la URSS que necesitaba fabricar autos para su población.

Fiat aceptó la propuesta y le vendió la licencia de fabricación del Fiat 124, con la férrea cláusula que establece que ningún auto producido en Rusia puede venderse en Italia. La encargada de llevar adelante el proyecto fue VAZ, actualmente conocida como AvtoVAZ, a la que pertenece la marca LADA y de ese acuerdo nació el LADA Zhiguli/VAZ-2101 también conocido como Zhiguli del que se produjeron, desde el año 1969 hasta el 2012, más de 17 millones de unidades.

Togliatti no pone todos los huevos en una misma canasta

Hasta no hace mucho tiempo la prensa descubría la ciudad de Togliatti y en sus relatos contaba las cosas bellas que esta urbe tiene, pero no dejaban de narrar con cierto recelo el hecho de que, como en otras ciudades es el Estado, en esta es la industria automotriz la que da la mayoría de los empleos y la suerte que la ciudad podría correr si esta gran fuente laboral se viera afectada por algún motivo.

Este análisis no es errado, pero para CompreSeguros.com tampoco resulta certero en la actualidad ya que, aunque no ha dejado de ser un gran polo automotriz, se ha sabido diversificar al punto de ser vendida como un territorio para inversiones al cual se están mudando los jóvenes que ven a esta como una ciudad de vanguardia. Desde la web oficial de la ciudad se destaca que el “grueso de las exportaciones se compone de suministros de productos químicos, maquinaria, equipo, vehículos y metalurgia”, mientras que las importaciones hacen referencia a aquellos productos relacionados con la construcción de maquinaria. Los principales socios comerciales de esta ciudad rusa que suena italiana son, entre otros, Ucrania, China, Alemania y Brasil.

No hay que desconocer tampoco que AvtoVaz selló una alianza con Renault-Nissan por lo que en sus fábricas se producen automóviles para las tres marcas: LADA, Renault y Nissan. Esto significa para LADA seguir pisando fuerte en el mercado ruso al cual se anhela conquistar en una proporción mayor, pero también mirar a otros horizontes un poco más lejanos y esto significa hacerse fuerte en el Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

Con 699.429 habitantes y una media de 40,7 años en su población, Togliatti ha descubierto la importancia histórica de no poner todos los huevos en una misma canasta.

Togliatti y sus gemelas

Resulta más que interesante ver cómo esta ex ciudad soviética ha sabido abrirse al mundo por fuera de lo conocido en el bloque. Es así como Togliatti cuenta con ciudades gemelas, con las que no guarda similitudes en su construcción, sino que con estas se han creado “lazos de amistad para el conocimiento mutuo de la vida, la historia y la cultura, con el fin de lograr un mejor entendimiento mutuo, fortalecer la cooperación y la amistad entre los pueblos”.

Uno de los objetivos más significativo de contar con ciudades gemelas en diferentes continentes es poder intercambiar experiencias en cuanto a la resolución de distintos tipos de problemas. Desde el portal de Togliatti se expresa que la cooperación entre ciudades se visualiza en el intercambio de delegaciones, equipos artísticos y deportivos, exposiciones, literatura, películas, material fotográfico, entre otros.

Algunas de las ciudades gemelas de Togliatti en la actualidad son Wolfsburgo, Flint, Luoyang, Piacenza y Le Havre de Alemania, Estados Unidos, China, Italia y Francia, respectivamente. Con la ciudad de Flint se firmó, en el año 1992, un acuerdo para establecer relaciones a los fines de “desarrollar el entendimiento y el respeto mutuos entre los pueblos ruso y americano”, promoviendo lazos culturales y económicos.

Derecho a la identidad y un poco de libertad

En el año 1996 se realizó un referendo en el que se preguntaba a los habitantes de Togliatti si querían rebautizar la ciudad como Stravrópol. La compulsa dio como resultado que la gente se opuso a la modificación del nombre, pero no lo hacía ni por el pasado comunista ni por el homenajeado, Palmiro Togliatti, sino que lo hacía por una razón mucho más práctica: no querían molestias.

¿A qué molestias se referían los togliattinos? A todas aquellas que se suponen vendrían con el cambio y también a la sencilla razón de que ya existe otra ciudad en Rusia con el nombre de Stravrópol y no es que se respetara que ellos lo tuvieran por más tiempo, sino que, otra vez, preferían optar por la opción más sencilla y esta es la de evitar confusiones.

Lo cierto es que gracias a la intercesión de Palmiro Togliatti Fiat vio con buenos ojos hacer negocios con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas que, por ese entonces, tenía la firme intención de que los autos no fueran un elemento de lujo y permitir a la población adquirir ciertas libertades a bordo de cuatro ruedas.