Seguros para autos y los clientes caprichosos

Debo reconocer que hace poco tiempo descubrí que era de aquellas personas que no sabía lo que compraba y/o contrataba, pero de todos modos estaba convencida de que era casi un experto. Mi pensamiento se cimentaba, entre otras cosas, en que nunca me consideré un comprador compulsivo, ni tampoco de aquellos que tienen cosas que no le hacen falta.
hace 3 años, 5 meses
Seguros para autos y los clientes caprichosos

Pese a mi análisis, tarde descubrí que yo era de aquellas personas que invierte mal su dinero o, dicho de otro modo, no prestaba suficiente atención a las cosas que resultaban importantes en mi vida cotidiana.

Seguro que con este ejemplo más de uno de quienes me están leyendo podrán sentirse identificados. Yo dedicaba un tiempo importante de mi semana, aunque no lo organizaba esquemáticamente como tal pero sabía lo que hacía, a buscar en internet las novedades en cuanto a celulares. Siempre llamé la atención de quienes me rodean por ser el que tiene un equipo que es el más nuevo, más rápido, de mayor capacidad, entre tantas otras cualidades; incluso eso ha hecho que sea una fuente de consulta para quienes tienen la intención de comprar algún modelo en particular.

Mi interés por la tecnología está asociada a mi trabajo que requiere que siempre posea buena comunicación todo el día, sin importar mi ubicación, así es que he podido sumar una pasión no remunerada con mi profesión, aunque nada tenga que ver con celulares, ni tecnología. Igual me sucede con otras cosas que compro o consumo como, por ejemplo, mi calzado porque entiendo que es fundamental para mi actividad diaria y, por consecuencia, para mi salud. No obstante, también debo decir que soy muy pulcro con este comprendiendo que si solo me guío por el precio más bajo termino gastando, a la larga, más dinero y solo consigo productos de mala calidad.

Con la elección de mis autos soy mucho menos cariñoso porque entiendo que en mi vida tienen una fecha de caducidad bien definida, desde el momento mismo en que los adquiero.

Luego de este análisis objetivo y absolutamente frío, esa fecha puede verse alterada por diferentes variables como el uso que le he dado, las inclemencias del tiempo, el estado de los caminos transitado, las visitas que realicé al mecánico, las posibilidades de comprar otro 0 kilómetro, entre otras condiciones.

En definitiva, lejos estoy de ser de aquellas personas que salen en los programas especializados en vehículos hablando de cuánto quiero a mi auto o las anécdotas que estos me han traído.

Esta distancia que tengo con los autos ha tenido su correlato con los seguros y es aquí donde quiero detenerme. Las aseguradoras no tienen la culpa de mis malas decisiones, yo he sido el único responsable de no apasionarme, ni siquiera involucrarme lo suficiente para elegir una póliza adecuada a mis necesidades.

Para colmo de males, descubrí que mi falta de visión al escoger el seguro del auto me llevaba a ser de aquellas personas que quieren gastar poco y, sin embargo, recibir el mejor producto del mercado. Señores míos, el cliente no siempre tiene la razón, es necesario que dejemos de creer ciegamente en esta frase trillada que nos pone a todos como niños caprichosos que deben siempre obtener lo que quieren sin importar nada más que el propio deseo.

Un inconveniente con mi auto me hizo abrir los ojos y recapacitar. No encontré más culpables que a mí mismo, pero también implicó que, para cambiar, yo debía buscar a quien fuera esa fuente confiable en materia de compañías de seguros.

Descubrí CompreSeguros.com que fue para mí un bálsamo, porque me permitió hacer fáciles aquellas cosas que mucho no me agradan. Pero sobre todo hizo posible que yo pudiera hacer el análisis frío y objetivo para escoger adecuadamente la mejor póliza, no la que más marketing tiene, sino la que de verdad se ajusta a mis requisitos y posibilidades.