¿Se procrastina la elección del seguro?

Algunas personas están inseguras y desconformes en su casa, pero no se animan a salir de su zona de confort y probar qué podría ser distinto si contratasen un seguro de hogar. Esta situación tan habitual no es placentera ni linda de transitar.

Algo parecido suele pasar, por ejemplo, con el seguro de auto y el seguro de moto que en ocasiones no es todo lo atractivo que los conductores quisieran, pero, sin embargo, al ser obligatorio cuentan con alguno. En vez de ponerse a buscar el que pudiera ser ideal en cada caso, el asegurado prefiere ocupar su tiempo en mirar comentarios en foros, buscar repuestos y consejos o incluso conocer diferentes planes para lograr una conducción eficiente.

En la actualidad se procrastina mucho, incluso la relación con el seguro.

¿Qué es procrastinar?

Procrastinar es una palabra que parece haberse puesto de moda, deriva del latín procrastināre y hace referencia al hecho de dejar de hacer cosas por otras.

El hecho de “evadir” lo que se tiene que hacer, explican los especialistas, hace sentir mal a la persona que sin embargo opta por tomar este camino porque se trata de una cuestión de asuntos emocionales antes que de gestión del tiempo.

Aburrimiento, inseguridad, ansiedad y frustración son algunos de los estados de ánimo que llevan a las personas a postergar o posponer lo que se debe hacer haciendo otras cosas que, tal vez, no son tan relevantes, pero que también requieren de recursos como tiempo y concentración.

Ahora bien, si procrastinar genera malas sensaciones como estrés y angustia ¿por qué se procrastina? Porque al postergar aquello que se debe hacer se siente cierto alivio que, si no se corrige, se puede volver crónico.

¿Por qué se procrastina?

Posponer las tareas, si se vuelve algo crónico, afecta de forma sensible la autoestima de quien procrastina que no logra superar la cuestión de la culpa y de la mirada evaluadora de los demás.

Los expertos suelen decir que cada caso puede tener diferentes motivos que lleven a postergar, pero los 5 motivos más habitual son:

Falta de conducta: no asumir un hábito lleva a que las tareas puedan volverse complicadas de realizar. Si el seguro que contrató no lo conforma o le resulta caro, ¿por qué no se hace el hábito de buscar alternativas de manera periódica?, o incluso ¿por qué deja las cosas para cuando se está por renovar automáticamente la póliza?

Evaluación errónea: se posterga cuando no se visualiza de forma correcta aquella tarea que se tiene por delante. Por ejemplo, si se cree que todas las aseguradoras son iguales o sus propuestas ¿para qué va a gastar su tiempo?

Temor a errar: Silvio Rodríguez canta que “nadie está conforme con lo que le tocó”, pero si cancela el seguro que no es obligatorio ¿quién le asegura que está tomando una buena decisión?, ¿qué pasa si decide prescindir de un seguro?

Falta de merecimiento: decide postergar las tareas quien entiende que no es digno de lo que se pueda lograr o incluso también por no poder estar a la altura de lo que hay que afrontar. En el mercado de los seguros se da mucho cuando los clientes descartan aseguradoras de primer nivel porque presuponen que no tendrán planes económicos o para autos usados.

Subestimar: no solo procrastinan los hombres y mujeres por miedo al fracaso, sino que también lo hacen quienes tienen sobrada confianza en sí mismos y saben que en cuanto lo deseen y sin mucho esfuerzo pueden conseguir el mejor seguro del mercado al mejor precio, pero igualmente esta tarea se posterga y se tiene un producto que no lo conforma.

Es indispensable hacer una separación entre el concepto de procrastinación y trabajo porque es habitual que se lo entienda como las faltas de ganas de hacer algo en el ámbito laboral, pero esto no es exclusivo de esa área. Se procrastina en las relaciones personales, en cuestiones de salud, en visita a familiares, en educación, en la elección de un seguro, entre tantos otros espacios en los que se puede dilatar una acción.

¿Procrastinar es sinónimo de vagancia?

Así como es habitual que las personas asocien el concepto de zona de confort como un espacio agradable al que se desea llegar, cuando en realidad esto no es así, procrastinar suele entenderse como sinónimo de vagancia.

En el concepto que estamos tratando hay una cuestión de incomodidad que no se condice con la segunda y más aún cuando él que procrastina se pone a hacer algo, pero que en realidad no es lo que debiera, explican los especialistas en psicología.

Pongamos por caso una persona que tiene su auto estacionado y sabe que debe limpiarlo. El propietario que es vago lo dejará tal como está sin culpa y hará cualquier otra cosa o bien buscará a quien lo haga por él, mientras que el procrastinador probablemente no lo limpie tampoco, pero se ocupe de buscar el mejor producto para que la pintura no pierda brillo, consejos para limpiarlo sin gastar de más o el mejor lugar para llevarlo a lavar, o cualquier otra cosa que le demanda tiempo y dedicación, pero con la sensación de agobio por aquello que sigue sin hacerse, en este caso: limpiar el auto.

¿Se procrastina todo el tiempo?

A causa del desconocimiento que se suele demostrar con este concepto que se emparenta con la vagancia, la adolescencia y otras características más, es habitual que se piense que una persona procrastinadora lo es 24/7, pero por suerte esto no es así.

Por suerte porque de otra manera ya estaría todo perdido. La respuesta que dan los especialistas es que no “tener a raya” al hábito de dejar las cosas para después es que puede volverse crónico afectando la psiquis de la persona y su forma de relacionarse.

Dicho de otra manera, una persona puede procrastinar con lo que refiere a su auto cuando tiene que ir al trabajo o si implica llevarlo al taller mecánico, pero ser el más activo y predispuesto cuando se trata de dejar el vehículo en condiciones para hacer un viaje.

De la misma manera como no se postergan todas las tareas, tampoco resultan igual de conflictivas. Hay personas que se demuestran procrastinadores en el hogar, pero no el ámbito laboral y viceversa.

No se procrastina todo el tiempo ni en todos los ámbitos, pero si se percibe que a alguien le sucede seguido, es momento de pedir ayuda a profesionales de la salud.

Buscar soluciones para no procrastinar

Más allá de lo novedoso del término y la incursión que está teniendo en el lenguaje diario, por ejemplo, en las publicidades, resulta importante entender por qué se están postergando tareas y en base a eso enfocar las soluciones.

Los especialistas aconsejan estas 4 ideas para dejar de procrastinar:

Aceptarse: aunque esta pueda ser una idea muy simple, e incluso básica, no siempre es tenida en cuenta por las personas que hacen del hecho de postergar una condición constante. Conocerse y aceptarse dará las herramientas para dilucidar temáticas, horarios, recompensas, expectativas y otros factores que entran en juego para hacer o no.

Motivarse: se explica que tener un motivo siempre presente de por qué se hace algo, incluso lo más aburrido o no tan agradable, resulta una buena receta para no procrastinar. El ejemplo más acabado respecto a tener un norte claro al cual ir son quienes integran las nuevas generaciones de trabajadores que no tiene problema de aceptar diferentes trabajos siempre y cuando encuentren en ellos una motivación o, inclusive, que lo hacen temporalmente porque con él lograrán viajar o realizarse de otra manera.

Un pequeño paso: de acuerdo a cuál sea el ámbito en el que detecta que se procrastina es buena idea plantearse pequeños pasos que lleven a concretar una gran meta y no al revés. Esta estrategia ratifica la importancia de la acción realizada, pero también se contrapone con aquella que suele ser insignificante y pequeña que se roba la atención.

Buscar ayuda: encontrar aliados de confianza es clave en el sentido de poder descansar dudas y consultas, logrando confianza y reconocimiento en cada tarea. Por caso CompreSeguros.com es el aliado de aquellas personas que entienden la importancia de contar con un seguro en su vida cotidiana y apuestan a que este sea acorde a sus expectativas y requisitos, sin renunciar a sus gustos, tiempos y modos, sabiendo que de esa relación se obtendrá una respuesta personalizada y motivadora.

Visualizar un premio o logro por la tarea llevada a cabo es fundamental y si de seguros hablamos, su satisfacción y la tranquilidad de sus seres queridos tienen que ser su mayor estimulo.

A la pregunta inicial ¿se procrastina la elección del seguro?, confiamos que su respuesta sea no.