Responsabilidad social: cuidarse, cuidarnos

El regreso a clase es, sin duda, una oportunidad relevante para que los temas con relación al cuidado y las mejores medidas para prevenir contagios de COVID-19 sean llevados a cada hogar de Argentina. El mensaje que trasladan los estudiantes a sus familias suele ser más efectivos que cualquier campaña.

Por ello, los primeros contenidos desarrollados en la escuela tienen relación con las medidas de prevención que evitan que el contagio del virus se propague con mayor velocidad. Pero sin dudas un contenido al que se le está brindando un papel protagónico es el desarrollo de la empatía y el ponerse en el lugar del otro. Cuidarse uno es también cuidar al otro y para los estudiantes de primaria es un principio muy sencillo de asimilar, solo deben infundirlo hacia sus mayores.

Yo me cuido y te cuido

Los alumnos comprenden este tipo de premisa de forma ágil, ya que los ejemplos son descriptivos en lo cotidiano y encierra el premio de volver a disfrutar del contacto con los amigos que tanto se extraña y este estímulo se vive como una recompensa muy importante.

Pero los adultos funcionan con otro tipo de complejidad y en donde se diseñan medidas que todos deben acatar, algunos buscan la manera de desobedecer o, peor aún, boicotear el trabajo de profesionales que buscan controlar los riesgos de la pandemia.

La responsabilidad social, en este contexto, es esencial para garantizar que las medidas se acaten en beneficio de toda la comunidad. Por eso se suma a las recomendaciones el carácter de obligatoriedad, para reforzar la idea de que cada uno cumpla con las medidas diseñadas por expertos.

Responsabilidad y obligatoriedad

Lamentablemente, muchos son los ejemplos que grafican la falta de criterio y la necesidad de darle el carácter de obligatorio a medidas que contribuyen a una mejor convivencia social. Quizás la más visible es la de contar con un seguro de responsabilidad civil ante terceros si somos conductores de autos o motos.

Este principio es esencial porque incluye la determinación de responder ante un daño causado por el deseo de conducir un vehículo. Esta obligatoriedad encierra la propuesta de ser responsable ante la acción de manejar porque nadie está exento de sufrir un accidente o dañar a un tercero durante la conducción y por eso es elemental estar cubierto y hacerse responsable de lo que pudiera causar a otros.

¿Qué seguro me protege?

Ante el contexto actual que exige que seamos responsables individual y colectivamente, existen seguros de salud y vida que otorgan protección para los asegurados de manera integral. Porque para quienes desean hacer las cosas bien no solo alcanza con tomar medidas de precaución en cuanto a higiene, también es relevante hacer frente a posibles consecuencias derivadas del accionar de terceros.

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Desde el inicio de la pandemia por el Coronavirus muchos términos han pasado de un uso relegado a la más frecuente cotidianeidad, como aislamiento, barbijo, distancia social, sanitizante, responsabilidad social, entre otros. Incluso el peso de la palabra cuidarnos es mayor en la actualidad.