¿Por qué conviene elegir una ruta y cómo hacerlo de modo seguro?

Cuando se piensa que se debe hacer un viaje en auto muchos son los aspectos a los que se les presta atención, por ejemplo quienes serán las personas que viajarán, las cosas que se han de cargar o el horario en que se espera llegar. Sin embargo en este preparativo es fundamental conocer cuál es la ruta que conviene más.
hace 1 año, 6 meses
¿Por qué conviene elegir una ruta y cómo hacerlo de modo seguro?

Si bien es cierto que en ocasiones no hay más opciones que tomar la única ruta posible o la única que está habilitada, lo cierto es que tener variedad y opciones implica estar preparados para que los imprevistos no se conviertan en inconvenientes.

La importancia de pensar en el camino que se ha de tomar está directamente asociado a la seguridad y la experiencia de todos los involucrados en la salida.

Una ruta ideal para viajar por placer o por necesidad de llegar a destino

Para elegir una ruta ideal la primera medida es entender el motivo del viaje ya que esta marca, en gran medida, las expectativas y la forma de comportarse al volante.

A grandes rasgos digamos que el viaje puede significar una oportunidad para salir de excursión y tomarse todo el tiempo del mundo para disfrutar del paisaje sin tener que atar la llegada a horarios o cualquier otro tipo de condicionamientos.

Caso muy distinto es el de aquellos conductores que tienen que cumplir con un horario puntual de llegada o que incluso no están interesados en disfrutar de la vista en lo absoluto.

Hecha esta salvedad, la elección del camino influye en la experiencia de viaje y el modo responsable de comportarse.

Cualquiera sea el grupo en el que usted se encasille en determinado momento, es fundamental comprender que aún no existe ruta para turistas y contingentes y otro para apurados o urgidos, por lo que respetar será la forma de llegar seguro a destino.

¿Por qué conviene elegir una ruta?

Elegir una ruta de manera anticipada, es decir un tiempo antes de subirse al automóvil, significa poder hacer un trazado mental de aquellas cosas que se pueden prever para que los imprevistos, si es que aparecen, sean cuestiones fáciles de resolver en el momento.

Desde trabajos por refacción, accidentes, paradas obligadas por compra o para admirar, tráfico por eventos hasta corte de rutas por cuestiones sociales, estos son algunos de los muchos paisajes habituales para los que es mejor estar preparado, tanto en el aspecto mental como con los recursos para que el espíritu aventurero no sea más que eso.

Elegir una ruta con anterioridad, desde unas semanas o unas horas, permite que conductor y acompañantes se puedan repartir las tareas de recopilar toda la información para que el viaje pueda darse de acuerdo a lo previsto, el que quiere pasea y el que no ya tiene resuelto hasta las detenciones para ir al baño.

Escoger una ruta conviene por cuanto brinda la posibilidad real y concreta de poder planificar, sin embargo hay que reconocer que muchas personas gustan de sorprenderse en el camino. Para ese grupo también amplio, el consejo es tener resuelto otros aspectos como provisiones y los costos extras que puede implicar la salida.

Consejos para elegir una ruta

Los mejores consejos para elegir una ruta nacen del vehículo que se utilice, las personas que formarán parte del viaje y el motivo por el que se realiza el mismo.

Muchos conductores no utilizan mapas ni ningún otro tipo de ayuda porque conocen el camino como la palma de su mano y aún así se presentan modificaciones, quizás no tan grandes o complicadas, pero que requieren hacer cambios.

El primer gran consejo que dan los conductores que están acostumbrados a los viajes largos es que se cuente con un mapa lo más actualizado posible y que este lo interprete alguien que no se complique al hacerlo. Mucho más moderno, pero que no les sienta a todos por igual, es el GPS que puede guiarlo a cada instante sin problemas.

Otro consejo al momento de elegir una ruta es la época del año en la que se ha de circular. Esta previsión no solo habla de las condiciones climáticas que pueden decir presente como lluvia o nieve, sino también la cantidad de tráfico como consecuencia de festivales o fiestas regionales.

Las rutas también se eligen por cuestiones de seguridad y esto, lejos de cualquier cuestión romántica, tiene dos interpretaciones. Por un lado la seguridad se refiere al hecho concreto de no ser victima de la delincuencia la cual, por ejemplo, puede aprovecharse de la falta de conocimiento de los conductores al elegir ciertos caminos o incluso tener que estar detenido por embotellamiento o al costado de la ruta.

La otra interpretación que es necesario hacer de la seguridad es evitar todas aquellas rutas que cuentan con una estadística negativa respecto a accidentes y muertos. La inseguridad en las rutas en ocasiones tiene que ver con cuestiones propias de la calzada, la iluminación o la señalización, pero también se relaciona de forma directa con los conductores que no se comportan de la forma adecuada.

Otros aspectos que hacen que una ruta sea o no elegida tiene que ver con la reputación de los lugares por los que se tiene que atravesar, por ejemplo, aquellas localidades que se han hecho famosas por emitir multas ciertamente dudosas o la posibilidad de contar con diferentes puntos para solicitar asistencia en caso que sea necesario.

Las rutas se eligen por una cuestión económica. Hay conductores que no tienen problema de pagar cuanto sea necesario con la condición de poder transitar caminos en buenas condiciones para cuidar el automóvil; mientras que otros prefieren utilizar cuanta vía alternativa exista y hasta desviarse con tal de no “ir en contra de sus principios”.

La distancia, sin lugar a dudas, resulta otro gran factor a la hora de escoger una ruta determinada, pero nos remite una vez más a las motivaciones del conductor y sus acompañantes que unidas a las características del vehículo pueden hacer que se escoja la alternativa más corta o todo lo contrario.

Errores que se deben corregir al elegir una ruta

A menudo cuando se elige una ruta determinada, y más cuando se la estudió de forma anticipada, se suele creer que los riesgos no formarán parte de la salida y es ahí cuando se cometen errores.

Los especialistas dicen que los errores de creer que todo siempre saldrá como se espera puede no ser tan grave como parece, sin embargo es importante tenerlos presentes y aceptar esta posibilidad para que una cosa nimia no se vuelva algo mayor.

No tener herramientas mínimas: cuando se elige un camino puede ser tentadora la opción de la aventura y el conocer por su propia cuenta. En estos casos es indispensable tener consigo desde la rueda de auxilio en condiciones hasta herramientas básicas en caso de tener que hacer algún “parche” para llegar a un lugar seguro donde una persona idónea pueda solucionar cualquier inconveniente en el vehículo.

Elegir rutas poco aconsejables: esto tiene que ver con el propio vehículo, el estado de la ruta o los desafíos que esta presente o también la cantidad de personas que se quieren transportar. Si se quiere lanzar a la aventura lo más conveniente es que no lo haga a ciegas y, por ejemplo, verifique con su compañía de seguros todos los servicios disponibles por la zona que quiere recorrer y los teléfonos útiles.

Conexión y cobertura ilimitada: nadie quiere pensar en los riesgos porque supersticiosamente es como invocarlos, sin embargo es necesario entender que no siempre todo juega a su favor en un viaje. Por ejemplo la cobertura del celular puede fallar (o no existir) en algunas zonas o por tramos, una vez más hay que reconocer que puede deberse a problemas circunstanciales.

El disfrute no se debe dejar de lado: pensar en la ruta que se elige tiene que poner una pata en la cuestión de las necesidades y los gustos de quienes forman parte del viaje para que este no se vuelva pesado o insufrible. Si se viaja con niños, con personas mayores o con mascotas hay que comprender que puede ser necesario hacer paradas obligatorias, contar con lo necesario será fundamental por ejemplo si se quiere comer alguna cosa o tomar un remedio.

Olvidar los motivos del viaje: de todos los errores antes mencionados, este sin dudas es el más común y puede estar asociado a muchos factores como la rotura del vehículo, la discusión con la pareja, el estado del camino, el comportamiento de los demás conductores o el resultado de su equipo de fútbol. Tomar una ruta u otra implica una decisión que siempre será más segura y gratificante cuanto mejor pensada y comprendida esté.

Al momento de elegir una ruta hay que pensar que los errores pueden aparecer, lo importante es que estos no se vuelvan riesgosos para nadie y hacer que los aciertos prevalezcan.