Las motos como opción para la nueva normalidad
Hace pocos días los medios de comunicación daban cuenta de cómo compañeros de trabajo de un emprendimiento gastronómico habían juntado la plata de las propinas para comprar una moto y así premiar a uno de ellos que diariamente realizaba varios kilómetros en bicicleta desde su casa hasta el restaurante. Esta que no es la única historia de compañerismo ni es fruto exclusivamente de la pandemia, aunque da cuenta de cómo las motos forman parte de esta nueva normalidad.
Este comienzo ha sido elegido para demostrar que esta nueva normalidad no es mala desde todos los puntos de vista como suele entenderse, por caso con el síndrome de la cabaña, cuadro que metafóricamente plantea los temores, ansiedades y desconfianzas que sienten algunas personas al pasar mucho tiempo encerradas.
No obstante también se da que otras cualidades se han resignificado, por caso el concepto de empatía por parte de las personas que le han podido poner nombres propios e historias reales haciendo de ella algo distinto a una mera palabra de moda.
La empatía que muchas personas están empezando a sentir en pandemia va de la mano con el hecho de poder reconocer las diferentes situaciones por las que se atraviesa, pudiendo expresarlas e incluso buscar ayuda en el entorno que lo rodea por fuera de amigos y familia.
En este contexto se enmarca esta historia de la moto como transporte y reconocimiento al esfuerzo y sacrificio en tiempos de nueva normalidad.
La palabra experta
Las motos se han convertido en una opción contundente para esta nueva normalidad porque, entre otras cosas, permiten que las personas cumplan con el requisito del distanciamiento social solicitado. Pero más importante aún es que los motovehículos han pasado de ser vistos como un medio de transporte al reconocimiento del propio tiempo y libertad.
Ese tiempo que la gente ya no quiere malgastar en un transporte público le permite, en el momento que se quiera, salir a disfrutar del hecho de andar en moto y ser cada motociclista el artífice de su destino.
Esta notoria visibilidad de las motos en las calles y rutas argentinas tiene su correlato en las cifras registradas por la Cámara de Fabricantes de Motovehículos (CAFAM). Al respecto la entidad informó que solo en enero se patentaron 29.435 unidades, siendo las más vendidas las denominadas de “baja cilindrada”.
Resulta interesante destacar que el 95% de las motos patentadas en enero son de origen nacional, lo que “incrementa una tendencia que se viene dando desde 2016”, según se informa desde la Cámara.
Sueños, metas, objetivos y seguros
La nueva normalidad implica reconocer de la mejor manera posible que aquella realidad conocida y aceptada por todos previa a la aparición del Coronavirus COVID-19, difícilmente vuelva a ser lo que era. De igual manera resulta indispensable entender que no es válido quedarse esperando a que las cosas pasen o las autoridades logren soluciones como salidas de la galera.
Esta nueva normalidad ha significado que los sueños se conviertan en objetivos realistas a los que se los debe pensar desde esta óptica para poder alcanzarlos. Desde tener un hogar, un automóvil, una moto o hacer que los hijos estudien, todo ha sido transformado desde el enfoque de las posibilidades acompañado de los seguros.
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Las motos forman parte de esta nueva normalidad en la vida de los argentinos como una clara demostración de las oportunidades que estas tienen de hacer posible y dinámico este nuevo tiempo.