Las 7 señales de que es un adicto al trabajo

En este artículo le contamos las 7 señales de alerta para que no se convierta en un adicto al trabajo, pero también para que pueda ver qué pasa a su alrededor.

Señales inequívocas de alarma

Cada caso puede ser un mundo, sin embargo existen características muy particulares respecto a quienes se van transformando, poco a poco, en adictos al trabajo.

Es el mejor para hacer ese trabajo: los trabajadores tienden a creer que no existe otra persona capaz que pueda hacer su trabajo. Siempre existe algún motivo o circunstancia para validar dicha creencia, por caso que nadie lo hará bien, no se cuidarán los recursos o sencillamente no hay nadie más.

No hay horarios solo resultados: si hay que trabajar sin descanso se hará con el único propósito de alcanzar el objetivo, pero ojo, si la meta se alcanza de manera fácil y/o rápida siempre es buen momento para comenzar otra tarea con total premura.

Es lo que hace: una persona adicta al trabajo se termina definiendo por su profesión y/o actividad por sobre cualquier otra característica que lo describa. Se es periodista, gerente, albañil antes que hijo, marido, amigo o simplemente “Juan Pérez”.

Necesita conexión en todo momento: resulta inconcebible no estar pronto a responder un correo electrónico o una llamada importante. Es tal la mezcla de ego, actividad con responsabilidad que sí no se está 24/7 corre riesgo su puesto/reputación y, claro está, el futuro de la organización.

En el trabajo no se buscan amigos: los trabajadores que se vuelven adictos no interactúan con sus compañeros y/o clientes más allá de lo estrictamente laboral. No se crean lazos humanos sino la permanente sensación de que se está compitiendo por un puesto, si un individuo falta se reemplaza por otro.

Jamás dice no: está siempre dispuesto para trabajar y asumir las responsabilidades que los demás “no quieren” o “no pueden” afrontar. Este tipo de trabajadores creen que por allí pasa aquello de ser proactivos cuando en realidad están hablando de desconfianza y grandes temores.

El mundo que lo rodea es una oficina: no se tiene vida ni objetivos por fuera de ese espacio en el que a diario se desenvuelve y parece sentirse pleno. No hay lugar para salidas familiares, encuentros con amigos ni tampoco reuniones con compañeros que no sean estrictamente por trabajo.

Estas 7 señales resultan, como hemos mencionado, hechos característicos en aquellas personas que se vuelven adictos a su trabajo, pero no son las únicas. Hay que estar atentos a la falta de higiene, la ira y ansiedad que los controla, la ingesta de estimulantes como puede ser la cafeína en diferentes variantes, entre otras señales preocupantes.

Ambientes sanos y seguros

Quien se vuelve adicto al trabajo, sin importar si es un trabajador en relación de dependencia o independiente, está propenso a ser un blanco fácil para diversos tipos de riesgos que necesitan, sin duda, que se esté atento, pero también que se cuente con los respaldos necesarios.

Los ambientes sanos y seguros dependen de todos y cada uno de los actores que se hayan involucrados, por lo tanto, es clave derribar aquellos conceptos nocivos que se encuentran tan arraigados.

El mercado asegurador dispone de diferentes tipos de pólizas para que ese respaldo se pueda materializar a través de inversiones eficientes como puede ser mediante un seguro de vida, seguro de salud, seguro de accidentes personales, entre otros.

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