¿Es seguro entrenar con un plan ajeno?

De manera casi sistemática ciertos medios suelen dar a conocer cómo están las estrellas del mundo del espectáculo, nacional e internacional. Dónde se encuentran de vacaciones, cuáles son sus próximos proyectos, con quién están en pareja, son algunas de las noticias, pero nunca falta cuáles son sus estados físicos y sus rutinas para verse poco menos que espléndidos.
hace 1 año, 2 meses
¿Es seguro entrenar con un plan ajeno?

Esta introducción tan propia del ambiente de las celebridades, en realidad sirve de ejemplo para abordar una cuestión que se trata a la ligera como es el hecho de mostrar, cuál si fueran naturales y espontáneos, una serie de hábitos, costumbres y entrenamientos que seguro por detrás tiene mucho de cuidado, resguardo y responsabilidad.

Esta oferta trae copias de planes. Lo conflictivo de este tipo de copias a ultranza se da en aquellos casos de las personas que no tienen el hábito del deporte y el ejercicio como parte de su vida y creen que por comprar las zapatillas que usa tal o beber lo de cual se pueden lograr cambios, cuando de verdad se están arriesgando a experimentar el pensamiento mágico.

Con el afán de estar a la moda, de verse bien o simplemente buscar la forma de salir un poco de la rutina de estar sentado en el sillón, hombres y mujeres adoptan planes de entrenamientos ajenos y las preguntas que surgen son muchas, entre ellas, ¿es peligroso?, ¿es fructífero?, ¿es económico?, ¿es conveniente?

¿Por qué las personas eligen entrenar?

Las respuestas por las que las personas de todas las edades deciden entrenar tienen tantas salidas como consultas puedan hacerse. Es decir que cada quien encuentra su propio estímulo para no quedarse quieto, por lo menos un par de veces por día, a la semana o al mes.

Sacando lo infinito de las respuestas individuales, hay quienes deciden hacer gimnasia por el sencillo motivo de no querer estar en su casa, algunos porque no la pasan tan bien y otros porque simplemente les resulta productivo tener una rutina que los ejercite.

También otra de las cuestiones habituales por las que las personas deciden entrenar es la sencilla razón de ser invitados por amigos o bien sumarse a espacios en los que se puede conocer gente y así ampliar el círculo de amistades “mientras se mueve el esqueleto”.

Se entrena, además, con distinto nivel de rigurosidad y rutina, por el cariño que se cultiva a un deporte o actividad, se entrena como una medida de salud para bajar de peso o inclusive en aquellos casos que se quiere ganar masa muscular.

En ese listado de motivos por los que se entrena que podría ordenarse alfabéticamente también está, obviamente, porque lo hace tal o cual persona famosa. Tan rara, pero tan dispar e interesante es la viña del señor.

El último de los tantos motivos que se pueden mencionar es el hecho de hacer del ejercicio físico una forma de liberar todo ese estrés que se va acumulando en la rutina laboral y familiar. Corriendo, saltando, bailando y otros tantos verbos posibles permiten que la civilidad no se salga de los carriles.

En definitiva, hacer actividad física es saludable y recomendable por muchos aspectos, pero de ninguna manera significa “hacer cualquier cosa, ni tampoco de cualquier manera”.

Entrenar no es sinónimo de gimnasio

Un llamado de atención que es indispensable hacer en este preciso momento es aclarar que no todas las personas que entrenan lo hacen en un gimnasio ni tampoco unirían estos conceptos en una misma oración.

Si nos detenemos a pensar, hay muchas personas que se pasan horas dentro de cuatro paredes en oficinas asfixiantes que no permiten ver luz natural, a las cuales se le suma otro largo período en un transporte público o incluso padeciendo en su propio vehículo como para luego sumarle un encierro más.

No, la vida no es un calvario como pareciera que la estoy pintando, pero si es cierto que en ese afán de querer sacarse el óxido, más de una persona no se dejaría meter en un gimnasio.

Este gran universo de personas deja en evidencia que se puede lograr, tranquilamente, una vida activa a toda hora del día practicando ejercicios con diferentes grados de dificultad y resistencia.

Desde personas que aprovechan para caminar paseando a sus mascotas, los que aman salir por la tardecita a dar unas buenas vueltas en la bicicleta con sus hijos aprovechando las famosas ciclovías, los que cuentan con alguna plaza saludable en la que pueden utilizar los juegos destinados a ejercitarse, hasta los que no pueden perderse partidos de fútbol, vóley, básquet y bailes al aire libre, todo es bueno con tal de no tener que encerrarse entre cuatro paredes con un televisor de frente que parece hacer más cercana la experiencia.

Afuera de los gimnasios hay todo un mundo de oportunidades para quienes buscan hacer ejercicio, solos o acompañados, pero sobre todo para quienes seguro no desean sentir que “van de la casa al trabajo y del trabajo al hogar” sin una distracción o pasatiempo de por medio.

¿Es seguro entrenar sin un plan?

Esa libertad que experimentan aquellos que deciden salir a caminar con amigos y tal vez trotar un poco en la plaza o los que buscaron en internet sobre el plan exitoso del famoso en cuestión, trae consigo una serie de riesgos que no siempre son tenidos en cuenta.

Entrenar sin un plan es riesgoso físicamente, pero antes de hablar de aquellas cuestiones obvias es indispensable reflexionar respecto a las altas chances que tiene la libertad de ejercitarse cuando se quiere, de convertirse en un día de estos en eso que termina frustrando a cualquiera.

No contar con un plan de entrenamiento generado por un profesional responsable lleva en muchas situaciones a que las personas, por ignorancia, ahorro de dinero o simplemente no darle el valor que merece, se terminen frustrando ante la falta de resultados positivos visibles.

Este cuadro de situación, más común de lo que se cree, suele generar que las personas dañen sin desearlo su autoestima.

Irritabilidad, mal humor y nerviosismo son algunos de los estados de ánimos más repetidos por el simple hecho de no haber creído importante contar con un plan que dictamine aspectos sensibles como rutinas y horarios.

Aquella actividad que tenía como objetivo liberar un poco de estrés y generar una grata sensación en quien la pone en práctica, termina convirtiéndose en una inmensa fuente de apatía que se asocia directamente a esos hábitos que hemos mencionado como ladrones de energía.

¿Es seguro entrenar sin un plan? Quizás la respuesta más acertada esté intrínsecamente unida a cada persona, pero lo más eficiente es, sin dudas, armar uno que establezca todo aquello que se desea alcanzar incluido a evitar lesiones y accidentes personales.

¿Es seguro entrenar siguiendo un plan que no está pensado para nosotros?

Cuando salen a la luz los excelentes resultados que el famoso de turno está logrando mediante algún plan o sistema y nos interesa replicarlo, lo primero que se debe hacer es consultar con los profesionales en cuestión para indagar respecto a este (incluido su veracidad) y qué requiere de quien lo practica.

Ya dijimos que ejercitarse sin un plan puede ser contraproducente desde el punto de vista anímico en las personas, porque no solo afecta la falta de resultados positivos, sino también el entorno cercano.

Una mala cara o una contestación, según donde y a quién se le haga, puede ser el menor de los problemas si lo ponemos en la balanza con las lesiones.

La falta de un profesional que guíe los ejercicios, seguro, incrementa las probabilidades por:

Ejecución deficiente: es muy fácil caer en errores técnicos por el solo hecho de pensar que nada malo puede sucederle, los cuales exponen sensiblemente a los practicantes a lesiones graduales o que aquellas que se dan de forma instantánea.

¿Justo y necesario?: otro enorme riesgo que se corre al ejercitarse con el plan de un famoso o por “recomendación de un amigo que tiene un conocido” es el hecho de comprometer su salud siguiendo un plan que no está pensado para su condición física. También sucede a menudo que el ejercicio no siempre es el más adecuado al fin que se desea lograr.

Personalización: los planes físicos y las dietas que ponen en práctica las celebridades que retratan los medios de comunicación, tienen detrás un equipo de profesionales que han evaluado al paciente/deportista para determinar que está en condiciones de realizar tal o cual cosa. La liviandad con la que se traspolan rutinas y regímenes alimentarios implican un alto riesgo que no vale la pena correr.

Desde CompreSeguros.com alentamos a que las personas puedan llevar a cabo todos y cada uno de los objetivos que se planteen en su vida, incluidos los que estén asociados al entrenamiento físico, pero de forma segura y saludable.

Si decide anotarse en un gimnasio o bien realizar actividad física al aire libre, busque el asesoramiento profesional que le dé todas las garantías que usted necesita para tener ganas y posibilidades de volver la clase que viene.