El primer auto argentino

La primera vez de algo siempre es memorable, por ello se recuerda tanto a los creadores de un determinado objeto, de la creación de una ley, un descubrimiento científico o la realización de una gran hazaña. En nuestro país tenemos la particularidad de celebrar tanto al primero como al segundo en fabricar un auto en Argentina y enseguida te contamos porqué.
hace 3 años
El primer auto argentino

Desde CompreSeguros.com buscamos que nuestros clientes cuenten con la información que les sirva de referencia para conocer al detalle las mejores pólizas para asegurar sus autos, pero también la historia de la industria automotriz, los autos, sus creadores y corredores, en fin, todo lo que hace al mundo de los vehículos.

Así como fue sencillo traer a la memoria recuerdos de aquellos autos que poblaron emblemáticamente a nuestra nación y a los competidores que se animaron a portan la celeste y blanca en otros países, de la misma manera deseamos recordar a aquellos artesanos de los autos que tanto hicieron por la industria argentina.

Casi como si se tratara de un gen de nuestro ADN a los argentinos nos gustan los autos, para verlos, admirarlos, conducirlos, llevarlos al límite de sus prestaciones y también para conocerlos por dentro. Siempre hablamos de generalidades, pero, así como el fútbol es pasión de multitudes, los autos despiertan en nuestro país una profunda simpatía, a diferentes niveles.

No es casualidad que en el país haya tantos museos destinados a los autos, diferentes vehículos e industria automotriz. Además, se pueden conocer diferentes historias y testimonios a través de revistas especializadas, webs y canales de televisión. Al argentino promedio le interesa, gusta y/o apasiona conocer sobre autos.

Desde Campana con amor

El primer auto de construcción argentina se realizó en la localidad de Campana en el año 1907, más precisamente su primer recorrido por las calles sin asfaltar fue el 20 de noviembre, como para festejar la soberanía del país, ante la mirada alerta y sorprendida de los vecinos.

El constructor de este ejemplar fue Manuel Iglesias, un inmigrante español que desde 1903 había comenzado la planificación de lo que sería el primer automóvil de construcción argentina.

Provisto de un torno de pedal, herramientas de la época y algunas construidas por él mismo para llevar adelante el proyecto se instaló en su propia vivienda de la calle Colón, como si se tratara de un taller industrial. Desde 1889 Don Manuel se desempeñaba en el departamento de ingeniería de los talleres ferroviarios de FCCA y allí conoció todo lo referido a la propulsión a vapor de los trenes de esos tiempos.

Como la gran mayoría de los destacados mecánicos de antaño, Don Iglesias completó su formación gracias a la consulta de libros y revistas que llegaban al trabajo o al barrio y que consultaba con gran empeño.

Un dato más que curioso sobre el proyecto es que al construir en su propio domicilio y por un tiempo tan prolongado el automóvil no tuvo en cuenta las proporciones de su obra y al finalizarlo tuvo que solicitar permiso a su vecino para romper la pared lindera, ya que no entraba por la puerta de casa.

¿Cómo era el primer auto?

Desde el comienzo, el vehículo estaba pensado para el uso cotidiano, debía ser útil para las tareas diarias y ese fue el resultado. Sin dudas, influenciado por los diseños de la época el auto contaba con capacidad para 2 personas en un banco con respaldo, diseño rectangular, ya que se apoyaba sobre dos largueros y 4 ruedas de hierro, con rayos de madera, sin cubiertas.

El auto en la parte delantera contaba con un eje rígido que incluía la dirección, mientras que el eje trasero tenía el diferencial que es el que le brinda estabilidad al coche para poder doblar en las curvas. El motor estaba ubicado en la parte delantera y el arranque del motor se realizaba a través de un sistema de manivela que recuerda al modelo de Benz Patent-Motorwagen del cual hablamos en el primer automóvil de la historia.

Si bien pasaron 21 años desde que el Benz Patent-Motorwagen tuviera “un par” de realización nacional en nuestro país el proyecto fue todo un prodigio. El vehículo de Don Iglesias es un modelo que no contaba con acelerador, tenía un regulador de revoluciones que se mantenía invariable en 400 RPM y, aunque hoy suene a poco, para la época un vehículo que podía trasladarse a 12 km por hora era visto como pura ficción.

Es importante aclarar que el modelo de Manuel Iglesias no fue el primero en transitar las calles de Argentina, ya que había otros modelos, producto de la importación, que ya se utilizaban en el país, pero si fue el primer auto que se construyó íntegramente en nuestra nación.

¿Se recuerda hoy este proyecto?

Por la situación particular de esos tiempos y las necesidades cotidianas de la familia Iglesias, el auto fue desmantelado y el motor sirvió para poner en marcha una bomba de extracción de agua y una sierra para cortar leña. En esos momentos, era más importante dar solución a los requerimientos de una familia numerosa en la convivencia diaria.

El día que Don Manuel cumplía sus 80 años, su hijo Juan Carlos le dio la sorpresa de poner en marcha nuevamente el motor de su primer prototipo. Cinco años más tarde fallecía el primer constructor de automóviles de Argentina.

Pero una hazaña como esta no podía quedar olvidada y tras mucha investigación se pudo reconstruir el primer vehículo de construcción nacional que hoy se encuentra exhibido en el museo del automóvil de Campana.

Además, desde octubre de 1975 se declaró a la ciudad de Campana de manera oficial como Cuna del Primer Automóvil Argentino y al último domingo de noviembre se lo nombra como el Día del Automóvil Argentino, en honor a Don Manuel Iglesias.

Gracias a una réplica del automóvil se festeja cada año un desfile que recuerda el gran proyecto llevado a cabo en Campana y el enorme esfuerzo de un inmigrante, con una profunda pasión por los autos.

El segundo más importante

Si bien las hazañas se conocen mayormente por quienes llegan en primer lugar o se imponen antes que otros en realizar diferentes epopeyas, en el desarrollo de una industria no solo son esenciales los pioneros, sino también quienes ponen su esfuerzo a diario para que los motores no se apaguen.

Existen muchos registros de construcciones artesanales de autos o vehículos similares a lo largo del país, pero el nombre de Horacio Anasagasti se impone cuando hablamos del nacimiento de la industria automotriz, ya que su objetivo iba más allá buscando dar vida a la sistematización en la construcción de automóviles.

El camino fue largo, requirió de mucho trabajo y esfuerzo, pero sin dudas dio sus frutos. El nombre Anasagasti es emblemático en diferentes ámbitos de la automotriz no solo por lo que significó para la industria, sino también por involucrarse en situaciones relevantes, como asistencia al conductor, el Automóvil Club Argentino, los derechos de los trabajadores y la necesidad del trabajo como fuente de progreso.

Todo el compromiso de Horacio Anasagasti con la industria automotriz merece que su vida se cuente en detalle, así que esta historia queda para una próxima cita en CompreSeguros.com, esperamos con ansias que se presenten al encuentro.