El perro no siempre tiene la culpa

Desde este espacio hemos contado con beneplácito que, en el municipio de Malvinas Argentinas, en la provincia de Buenos Aires, se abrió la primera escuela de mascotas municipal la cual representa una iniciativa abierta y gratuita para que los propietarios de perros puedan concientizarse respecto a la importancia de la tenencia responsable.
hace 3 años, 2 meses
El perro no siempre tiene la culpa

Dicha escuela a cargo de la Dirección de Sanidad y Bienestar Animal cuenta con el programa Bienestar, obediencia y adiestramiento canino el cual busca “resolver problemas de conducta que surgen de la convivencia con un ser de otra especie y modificar malos hábitos que hayan adquirido por falta de conocimiento o por mera naturaleza animal, como pueden ser problemas de agresión, hiperactividad, miedos, fobias”.

Tal como contamos en Primera escuela de mascotas municipal para todos y todas, a esta escuela asisten propietarios de perros que comprenden la importancia de hacer cuanto sea posible para evitar que se produzcan hechos indeseados, sin embargo a veces esto no alcanza porque la culpa no siempre la tiene el perro.

Cariño irresponsable

El gobierno de la ciudad de Buenos Aires puso a disposición del público en general un cuadernillo titulado Consejos para el cuidado de tu mascota. En este, entre otras cosas, se explica la importancia del paseo de los perros como momento de esparcimiento, ejercicio y sociabilización. En este documento se explica que para pasear a la mascota se debe contar con “collar, chapita identificadora con número de teléfono, correa y bolsa para recolectar las heces”. Hasta aquí todo va muy bien, pero ¿quién no vivenció alguna vez, aunque sea como testigo, la experiencia de tener que lidiar en la vía pública con esas personas que aman a los perros y de manera ciertamente irresponsable los tratan como si los conocieran de toda la vida o incluso como si no tuvieran dueños?

Seguramente tiene algún ejemplo en mente y habrá notado lo imprudente de esas personas que sin preguntar ni dar tiempo a nada se acercan al perro para acariciarlo o disponer de él como mejor les venga en gana.

Estos actos de cariño resultan tan habituales como peligrosos sin importar la raza del animal, edad o tamaño, pero por suerte no siempre pasan de llamadas de atención o discusiones causadas por la imprudencia.

Tal como explican en el taller de la escuela, se expone gratuitamente a los perros a respuestas indeseadas propias de un animal que se siente, por caso, con miedo o amenazado.

En esta situación ¿a quién se le carga la culpa por la reacción del perro? La respuesta cae de maduro, usted como propietario tiene que contar con un seguro para mascotas para cubrirse incluso de la irresponsabilidad de terceros.

Relación con extraños

En el cuadernillo de la ciudad de Buenos Aires se explica cuál es el procedimiento para establecer contacto con un perro que no es propio, pero resulta importante que los propietarios lo conozcan y lo pongan en práctica en caso que un desconocido quiera tocarlo, para evitar cualquier tipo de reacción indeseada por parte del animal.

Como primera medida quien desea acariciar al perro debe solicitar el permiso de su dueño. Si usted autoriza el contacto, explíquele al desconocido que debe estirar su mano y esperar que el perro, si acepta la compañía, se acerque y lo olfatee.

Cumplidos estos pasos cerciórese que las caricias sean lentas y en el lomo del animal, no permita caricias en las patas o cola ni mucho menos que su mascota y el desconocido estén cara a cara.

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