El justicialista bien de interés histórico nacional

“El automóvil ‘El Justicialista’ fue una demostración de la capacidad de crear un vehículo adaptado a las reales necesidades de nuestro país, utilizando nuestra tecnología para llenar una franja de mercado importante y que, después de varias décadas de haber cesado su producción, se ha convertido en un emblema” se puede leer en el Decreto 1673/2015 y resulta un reconocimiento a una historia nacida en el año 1953.
hace 2 años, 11 meses
El justicialista bien de interés histórico nacional

En el año 1952 se creó Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME) las cuales representaban diez fábricas entre las que se encontraban la de Aviones y Motores de Aviones, entre otras. El IAME es la respuesta concreta ante un contexto en el que diferentes automotrices rechazaron la posibilidad de venir al país por no ver rentable esta plaza; el objetivo perseguido por esta compañía estatal, en parte, era incrementar el parque automotor y, al mismo tiempo, brindar la opción de contar con unidades útiles en los diferentes ámbitos como el transporte personal, de mercadería y el trabajo en el campo.

Al año siguiente, en el 1953, se presenta el Justicialista Sport el cual contaba con motor Porsche y carrocería de fibra de vidrio. Esta opción fue elegida, según relata Juan Ignacio San Martín, nieto del brigadier San Martín director del IAME, por el temor a que se desatase una tercera guerra mundial y fuese difícil conseguir la materia prima para abastecer la industria. Originalmente fue utilizada por Allard Motor Company con su microcoche Allard Clipper y General Motors en Estados Unidos para el convertible Corvette.

Más Justicialistas que una unidad básica

Cuenta la historia que la IAME comienza sus actividades dentro del ámbito de la Fábrica Militar de Aviones en la Provincia de Córdoba dando cumplimiento a “la intención presidencial de comenzar con la producción seriada de automotores el 1 de noviembre de 1952”.

Ese año se comenzó la fabricación del Justicialista Sedan del cual se hicieron 154 unidad de dos cilindros y 25 de cuatro, del Pickup se produjeron 2660 unidades mientras que del Furgón se fabricaron 726.

En 1953 se presenta el Justicialista Gran Sport del que se crearon 167 autos, de los cuales diez fueron convertibles gracias a su techo extraíble. Gustavo Feder, autor del libro Un siglo de autos argentinos. De los pioneros a la producción seriada, cuenta que este modelo fue presentado en el Hotel New Yorker y el Madison Square Garden en Nueva York con motivo del Salón del Automóvil logrando el premio de belleza por su diseño. En 1954 se crearon el Justicialista Súper Sport y Justicialista Sport Coupé GT.

La historia de Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado y los autos Justicialistas se vio interrumpida dramáticamente con el derrocamiento del general Perón. El nuevo gobierno traería consigo a Graciela, Isabella, Puntero y a la Dirección Nacional de Fabricación e Investigación Aeronáutica (DINFIA).

La intención de ganar siempre al mercado

La frase “Los productos se crean en las fábricas, pero las marcas se crean y viven en la mente” deambula libremente por internet con una increíble cantidad de padres que se arrogan su creación. Más allá de esta potencial discusión, es interesante poder entender cómo en la actualidad el marketing se ha logrado profesionalizar e ingresar en cuanto terreno se le puso en frente. Su desarrollo actual no impide reconocer que este ha existido desde siempre, aunque quizás en el pasado no se le haya dado el nombre o la importancia actual.

Lo antes dicho nos lleva a pensar lo acertado, o no, de bautizar al auto como Justicialista en un país en el que todo se divide ampliamente en dos grandes mitades cuando no, en más.

Al respecto, Gustavo Feder expresó en una entrevista a La Nación que “por más que era barato, había muchos consumidores antiperonistas que jamás comprarían un auto que llevaba en la trompa el escudo y la palabra Justicialista”.

Nunca se sabrá si hubo una intención expresa de ahondar la brecha o si solo fue una casualidad inadvertida, lo cierto es que hasta los más duros críticos del emprendimiento llevado a cabo por IAME son indulgentes al reconocer la importancia que este emprendimiento implicaba para la industria argentina y los desafíos que cualquier proyecto trae consigo.

¿A dónde está el Justicialista Sport Coupé GT?

El Salón del Automóvil del año 1955 contó con más de un millón de asistentes, lo cual estableció en ese momento un récord de convocatoria. Hombres y mujeres con profunda avidez se daban cita en el Grand Palais para ver y conocer las propuestas de las diferentes marcas, entre las que también estaba IAME y el diseño del ingeniero Ambrosio Taravella: el prototipo del Justicialista Sport Coupé GT.

En el año 2004 nace el Club IAME el cual tiene como “objetivos investigar, restaurar y difundir los estudios y proyectos de la industria desarrollada por el estado nacional entre los años 1927 y 1980”.

Este club relata en su página oficial la historia del Justicialista Sport Coupé GT el cual fue desarrollado en 1955 con un “revolucionario motor V8 modular”. Cuando se produjo el golpe de Estado el prototipo se encontraba formando parte del evento, pero su rastro se perdió y “su paradero sigue siendo hoy un misterio”.

No dobla, no frena, no se está cómodo, pero es divertido

Probablemente sea mucha la gente que no tiene el auto que desea o incluso, siente, se merece, sin embargo, ahí va porque esa es la suerte que le ha tocado. Por lo menos por el momento.

Un caso particular, aunque no terminante, son los coleccionistas que en líneas generales se decantan por el auto que siempre han soñado tener y, en un número menor, al que le ven una futura oportunidad de negocio. En ocasiones se dan ambas. Es decir que estos propietarios sí ven un lazo que inclina la balanza a la hora de tomar una decisión.

Hernán Ignacio Anselmo Goñi, coleccionista, posee una Coupé Justicialista modelo 1954 que presenta en el programa Alta Gama, disponible en Youtube, diciendo de este que es un “auto iconográfico para la historia automovilística”.

Goñi posee la unidad 131 de 167 que se realizaron y, tal como él mismo narra, se van diferenciando unos de otros por su aspecto artesanal que hace que no haya dos Justicialistas iguales. Su Coupé le ha brindado grandes satisfacciones en un año de carreras en la Asociación Argentina de Automóviles Sports (AAAS) pese a que el Justicialista “no es cómodo para manejar, no es cómodo para frenar, no es para nada bueno doblando, pero es divertido por su rigidez”.

El interrogante del coleccionista luego de conducirlo mucho y de enumerar aspectos tales como que no se está bien ni tampoco se ve bien, es “¿cómo se puede sacar a la calle un auto de este tipo?”.

En el año 2015, según el Decreto 1673, el Justicialista de Goñi es declarado “bien de interés histórico nacional”, por lo cual, entre otras, no puede ser desmantelado como así tampoco vendido en el exterior.

Lo que sucede con los vehículos, muy parecido a lo que ocurre con los equipos de fútbol que semana a semana presentan una montaña rusa de sensaciones, es que la gente no solo se encariña, sino que además suele ser pasional y como rezan algunas banderas “es un sentimiento que, si no te es propio, no entenderías”.