Diez animales que supieron hacer historia

A lo largo de la historia, la industria automotriz ha recurrido a nombres que llenaran de sentido el mensaje que se trataba de dar, o por lo menos que gran parte del trabajo estuviera hecho.
hace 2 años, 11 meses
Diez animales que supieron hacer historia

Así es como muchas marcas se volcaron por los animales para llamar a sus propuestas porque lo importante no siempre es ser el rey de la selva (de cemento), el más grande, el más llamativo o incluso el más rápido, sino el que está mejor preparado para cada ocasión. En este artículo veamos diez automóviles de diferentes empresas que fueron bautizados, o reconocidos popularmente, echando mano a un llamativo animal.

Citroën DS: Este auto nacido en el año 1955 y cuya fabricación se prolongó durante dos décadas logró importantes hitos, tales como mejoras sustanciales en cuanto a seguridad y confortabilidad en su conducción. Aunque la marca francesa no escogió ningún nombre de animal para su nombre ni tampoco para ser reconocido popularmente, fue la opinión pública la que se encargó de llamarlo Sapo por los faros de sus primeros modelos pasando, tiempo después y gracias a sus formas más bien futuristas, a ser conocido como Tiburón.

Plymouth Barracuda: Plymouth, división de Chrysler, lanzó este auto en el año 1964 con la intención de competir palmo a palmo con el Ford Mustang y el Chevrolet Camaro. Cuenta la historia que previo al lanzamiento se le había asignado el poco prometedor nombre de Panda (para los objetivos que perseguía claro está), pero se optó por barracuda para demostrar mayor agresividad, gracias a la persistencia y perspicacia de un ejecutivo que no comulgaba con el primer nombre. Si bien no logró quitar el cetro al Mustang y al Camaro, hoy en día es una pieza más que valiosa para los coleccionistas que ven en este automóvil una excelente inversión.

Dodge Challenger SRT Hellcat: El “Gato del infierno” fue lanzado en el año 2015, la publicidad anunciaba: “El muscle car más potente hasta la fecha. El muscle car más rápido hasta la fecha” y esto no es decir poca cosa. El gato del infierno pertenece a la tercera generación del Dodge Challenger que fuera comercializado por primera vez en el año 1970 como una mejor alternativa respecto al Plymouth barracuda. El Dodge Challenger SRT Hellcat resultó la respuesta ideal para los amantes de la velocidad, la potencia y el andar más “divertido”, como se atrevieron a adjetivar algunos periodistas.

Ford Mustang: La marca del ovalo no se equivocó cuando escogió este nombre para su auto: símbolo de potencia, fuerza y esa libertad que encarna esta raza de caballos traídos a América desde Europa por los españoles. Lo más interesante es que Ford escogió esta denominación como un homenaje al avión de la Segunda Guerra Mundial North American P-51 Mustang. Decir Ford Mustang es hacer mención a la historia viva del automovilismo, pero sobre todo pensar una forma de vivir la vida, de formar parte de una sociedad y de disfrutar sobre cuatro ruedas.

AC Cobra: Este auto es el resultante del trabajo mancomunado entre la automotriz británica AC Cars y el ex corredor Carroll Shelby que, con un motor Ford, crearon uno de los autos más icónicos de la historia, aunque la importación de los vehículos no fue un negocio tan redondo como suele creerse. Con el paso del tiempo los imitadores y realizadores de homenajes del Shelby Cobra son unos cuantos, y se encuentran desperdigados por todo el mundo, gracias a los autos artesanales. El nombre de esta temida y venenosa serpiente deviene de un sueño que tuvo el propio Shelby.

Volkswagen Fox: Una misma denominación puede ser utilizada por una misma fábrica para diferentes modelos, aunque sus características puedan no mantenerse demasiado como es el caso del Volkswagen Fox que tuvo una historia para los países del norte y otra, tiempo después para Latinoamérica, pero lo cierto es que hay nombres que causan sensación. Astucia, elegancia y comodidad pintan de cuerpo entero el objetivo de los distintos Fox de la marca alemana. Resulta interesante ver que también Audi utilizó la misma denominación para su versión norteamericana del Audi 80 B1 en la década del ´70.

Chevrolet Impala: la agresividad y fiereza no son las únicas normas a seguir por los desarrolladores a la hora de pensar las denominaciones de los vehículos, lo cual tiene mucha lógica pensando en un mercado en el que hay que saber dar el gusto a todos. Así es como en el año 1956 Chevrolet mostraría al mundo este auto comparable por elegancia y belleza al antílope africano, comenzando su producción en serie dos años más tarde. El Chevrolet Impala sigue evolucionando y ya tiene varias generaciones encima que dan cuenta que no todo es agresividad y fiereza.

Porsche Cayman: Este auto deportivo de lujo es una derivación del Boxtner y debe su nombre por la imagen que logran sus faros, ya que recuerdan a los del caimán cuando está acechando a su presa. Tener la sagacidad para captar en el radar a un animal que no es propio de su región habla claramente de cuál es el espíritu que se desea compartir de un modo gráfico sin tanto esfuerzo, haciendo de esto un gran acierto. Porsche acompañó su campaña con la adopción de cuatro ejemplares de caimán en el zoológico de Stuttgart en Alemania.

Hyundai Pony: Desde Corea del Sur llegó este sedan cuatro puertas que tenía entre otras obligaciones, abrir las puertas del mercado a los vehículos de aquellos lares. El Pony de Hyundai representaba la unión de elementos tales como dirección empresarial británica, motores japoneses, partes americanas e ingeniería italiana. La denominación no dejaba margen a la duda, la belleza y practicidad de este animal con la singularidad de su poco consumo. Luego de varias generaciones en el año 1990 llegó el fin del Pony con la satisfacción de haber conquistado gran parte del mercado coreano y haber hecho pata ancha en el mundo.

Fiat Panda: ¿Se acuerdan que al Plymouth Barracuda querían bautizarlo como Panda?, quien se dio este gusto fue Fabbrica Italiana Automobili Torino (FIAT) que en el año 1980 sacó al mercado la primera generación de este vehículo pensado como de bajo costo, pero absolutamente confortable y práctico para sus ocupantes. La concepción del Panda no hace otra cosa que despertar cariño entre el público que en su gran mayoría acepta de buen grado a este gracioso y tierno herbívoro. Por su parte, el Fiat Panda, goza de buena salud y se encuentra vigente demostrando que la ternura solo es una cuestión de marketing.

La elección del nombre representa todo un designio y el mundo de los autos no es la excepción a la regla. Feroces, tiernos, carnívoros y herbívoros, bellos y no tanto, rápidos y fornidos, son algunas de las características que se han tenido en cuenta para cautivar a un público ávido de novedades y de marcar presencia, cada vez que les toca estar detrás del volante.

Tal como expresaba el pensador inglés Arthur Koestler, “La principal marca del genio no es la perfección, sino la originalidad, la apertura de nuevas fronteras”. Esa es, y siempre ha sido, la consigna, por caso de estos diez (pero no únicos) animales.