De carreras, películas y autos locos

“Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro, a la mitad del camino” esta frase se le atribuye a Sigmund Freud y resulta innegable como inspiración y homenaje es alcanzada cada vez más en un mundo globalizado con fronteras culturales casi desdibujadas.
hace 3 años
De carreras, películas y autos locos

En ese contexto donde todo parece apropiable, o incluso una suerte de conversación que no tiene fin y en la que cada persona va poniendo su palabra (¿o granito de arena?), hay inspiraciones que superan a su predecesor.

Este es el caso de Wacky Races, serie de dibujos animados más conocida por todos como La carrera de los autos locos, que ha cumplido más de 50 años de su estreno y que tiene una marcada inspiración en una película, que a su vez tenía su propia inspiración y así.

En este mundo amigo de los homenajes, los autos locos a secas siguen vigentes y despiertan más y más motivos para encontrarlos a mitad de camino.

1908 New York to Paris Race ¡Largada!

Si la historia es un continuo infinito, esta debe tener un principio impuesto a la fuerza para comenzar la narración y esto nos sitúa, con retraso, un 12 de febrero de 1908 por la mañana en el Times Square de Nueva York.

En los albores del siglo XX, los periódicos New York Times y Le Matin, norteamericano y francés respectivamente, patrocinaron una carrera de automóviles que buscaba conectar a la ciudad que nunca duerme con la de las luces. Esta representaba un desafío de coraje y resistencia (velocidad también, para la época) para el cual solo se inscribieron seis vehículos, cinco europeos y uno americano.

Las escuderías participantes fueron Protos, Züst, De Dion-Bouton, Motobloc, Sizaire-Naudin y Thomas Flyer que dieron vida a una carrera que estuvo plagada de sospechas entre los participantes, rencillas, ingenio, audacia, trasbordos y abandonos. El primer auto en llegar a París fue el Protos de Alemania un 26 de julio, sin embargo, por modificaciones en la carrera y compensaciones de distancia el ganador fue el piloto alemán George Schuster que condujo el Thomas Flyer americano a la meta cuatro días después que el vehículo alemán.

La carrera 1908 New York to Paris, con más de 35 mil kilómetros de competencia, implicó cinco meses de travesía a través de Estados Unidos, Canadá, Rusia, Japón, Alemania y Francia, entre otros, abriendo una gran puerta a la inspiración.

¡La gran carrera!

En el año 1965 se estrenó la comedia La gran carrera (The Great Race) dirigida por Blake Edwards y protagonizada por Tony Curtis, Jack Lemmon, Natalie Wood y Peter Falk. Este desopilante film está ambientado a principios de siglo y narra las aventuras que tienen que sortear los pilotos de una carrera de autos de carácter internacional, desde Nueva York hasta Paris.

Tony Curtis encarnando al Gran Leslie, protagonista, galán y fuente inspiradora de Pedro Bello, maneja su Leslie Special que fue diseñado tomando como inspiración el Thomas Flyer que ganó el New York to Paris Race. Para el rodaje de esta película se construyeron cuatro unidades de las cuales una se exhibe en la actualidad en el Tupelo Automobile Museum.

Natalie Wood le pone el cuerpo a Maggie DuBois, la heroína de la película ganadora de un premio Oscar a los mejores efectos de sonido, su look y estilo fueron respetados al crear a Penélope Glamour.

Párrafo aparte merece Jack Lemmon quien interpreta al villano Profesor Fate, archirrival de Gran Leslie que es acompañado por su mano derecha Max. Este icónico malvado conduce el Hannibal Twin-8, del cual se fabricaron ocho unidades y una se encuentra en exhibición en el Petersen Automobile Museum. El Profesor Fate resultaría, a la postre, la inspiración para el adorable Pierre Nodoyuna y Max sería reemplazado por el sarcástico y memorable perro Patán.

La crítica especializada no fue muy bondadosa con Blake Edwards y su creación, interpretación que fue cambiando con el tiempo, tal vez por las relecturas y toda la inspiración que la película trajo consigo.

Autos Locos

Y en este camino que hemos trazado llegamos al año 1968. Siendo el 14 de septiembre la fecha en la que Wacky Races, o los autos locos, vieron la luz en la cadena CBS. La serie producida por Hanna-Barbera cuenta la historia de 23 personajes a bordo de 11 coches compiten por el territorio de Estados Unidos con el fin de hacerse acreedores al título del piloto más loco del mundo.

Los 23 protagonistas se repartían en 11 vehículos bien conocidos entre el público infantil (y no tanto) como Antigualla Blindada; Compact Pussycat; Superheterodino; Alambique Veloz; Rocomóvil; Troncoswagen; Stuka Rakuda; Espantomóvil; Auto-Convertible; Súper Chatarra Special y Súper Perrari. Estos bólidos corrieron 34 carreras en 17 episodios.

El fanatismo del público siempre generó rivalidades entre los grupos de amigos y la inconfesada esperanza de que en alguna de las carreras disputadas triunfara Pierre Nodoyuna y Patán a bordo del Súper Perrari; no tanto por el piloto francés sino por el carisma del perro de risa ronca que crea causa común entre los espectadores.

Un dato tan curioso que despertó polémica es que los autos locos, producidos por Heatter-Quigley responsables del programa de juegos The Hollywood Squares, tenía como objetivo que los niños espectadores pudiesen apostar en cada capítulo cuál sería el vehículo ganador. La cadena CBS dio el visto bueno a la serie, pero no así al hecho de la apuesta, por lo que esto podría acarrear a futuro.

El piloto más loco del mundo y un 208

Al finalizar cada episodio se anunciaba el resultado de la carrera, muchas veces teniendo que recurrir a la tecnología para dilucidar qué puesto había logrado cada vehículo, pero nunca se formalizó quién era el acreedor del título El piloto más loco del mundo.

Esta inquietud extendida por los fans de todo el mundo llevó a que almas caritativas realizaran el ranking en base al lugar obtenido en cada carrera. Este determinó que el titulo les corresponde a los hermanos Roco y Pietro Macana quienes a bordo de su Rocomóvil (o ¿Troncomóvil?) consiguieron 3 victorias, 8 segundos puestos y 3 terceros dando una suma de 28 puntos. A estos le siguen Troncoswagen y la Antigualla Blindada, con 25 y 24 puntos respectivamente.

Sin embargo, el verdadero titulo del piloto más loco del mundo se lo merece el conductor del Peugeot 208 que, en el año 2013, se dio el gusto de desairarlos por las calles de Brasil. La luz verde del semáforo representa la bandera de salida para que la tecnología, prestancia y belleza del 208 supere los artilugios y tretas ideados por las creaciones de Hanna-Barbera.

El homenaje a la inspiración

CompreSeguros.com en artículos anteriores dedicó este espacio al primer automóvil de la historia: el Benz Patent-Motorwagen, el homenaje a este símbolo de la automotriz en los autos locos viene de la mano del Trocoswagen.

El Troncoswagen o Buzzwagon como se lo conoce en inglés es el auto que pilotaban Brutus y Listus (o Rufus Ruffcut y Sawtooth), que no eran otros que el leñador y el castor a bordo de una carreta construida completamente en madera, con sierras circulares en lugar de ruedas.

La inspiración que el Motorwagen significa para la industria automotriz es un salto colosal y merecía su lugar de distinción en la carrera de los autos locos.