Comprar, reformar y vender… hablemos claro y seguro

El mercado de los bienes inmuebles tiene algunas ofertas motivadoras para aquellas personas que cuentan con un capital ahorrado o bien la posibilidad de conseguir un préstamo y que se interesen por participar comprando, reformando y vendiendo luego. La idea es muy buena y casi no posee errores.
hace 1 año, 5 meses
Comprar, reformar y vender… hablemos claro y seguro

Sin embargo, ese casi luego puede borrarse de forma dolorosa en la realidad, sobre todo cuando no se tiene demasiada experiencia, las expectativas son muy altas o se deja guiar por los mitos y errores de esto que parece casi un deporte de riesgo.

Atención, con comprar, reformar y vender no estamos diciendo de ninguna manera que no es un negocio seguro, sino que; en todo caso, es seguro que no saldrá tal como se espera si no se piensan algunos conceptos como la suerte o el hágalo usted mismo a rajatabla.

Luego de dialogar con profesionales de la arquitectura y corredores inmobiliarios, hemos elaborado estos 10 consejos para que comprar, reformar y vender sea un poco menos traumático.

Si quiere, puede

La forma en que los mensajes llegan a las personas puede ser, por momentos, increíbles, sin embargo, en más de una ocasión compramos esas propuestas. Pasa con los negocios, con la política y hasta con los deportistas de su club preferido. Esto quiere decir que no se trata de que haya personas ingenuas o fáciles de convencer, sino que hay que saber preguntar antes que las creencias ciegas se vuelvan en errores más que evidentes.

En la actualidad ese concepto de “si quiere, puede” impera y hacerle frente es casi una sentencia de ser un aguafiestas, pero no decir “ojo, puede que la frase sea un tanto engañosa” es faltar a los principios de honestidad.

Aquellas personas que esperan comprar, reformar y vender tienen que saber que los “si quiere, puede” implica más esfuerzos de los que se suelen contabilizar.

No es un proceso necesariamente divertido: seguro ha visto de esos programas de televisión en los que gente común se embarca en la experiencia de comprar para remodelar o remodelan lo que ya tienen para lanzarlo al mercado. En estos programas suelen matizar los dolores de cabeza o los contratiempos haciendo que la edición convierta los problemas serios en un par de miradas perplejas y listo, la solución ya llegó. Si su intención es comprar, reformar y vender debe aceptar que, como todo negocio, puede salir bien o salir mal y que no se trata solo de una cuestión de suerte, sino de recursos.

Recursos es más razonable que tener suerte: una idea que suele estar flotando en este tipo de proyectos es que hablar de recursos es lo mismo que hablar de dinero. Este error es como una canilla abierta que no hace más que gastar plata cuando no se entiende que recursos es mucho más amplio, aunque tenga olor a dinero. Por caso, el recurso del tiempo es esencial cuando el propietario está atado a él, ya sea que se ha comprometido a un plazo o si en determinada fecha quiere que ya sea un tema resuelto y concluido. Comprender que recursos es más que solo hablar de plata y que tener suerte es prima hermana de “si, quiere puede”, lo enfocará en todo momento.

De depredador a presa fácil: derribado el mito de la diversión, es momento de encarar el de la facilidad que cada persona tiene para hacer negocios. Atención, nadie discute que hay personas que puedan ser buenos negociadores y excelentes intérpretes de los mercados, pero hablemos en general donde los exitosos corredores de inmuebles y bienes raíces no son la mayoría. Perfecto, ¿a dónde queremos llegar, entonces? A la sana y segura actitud de consultar con expertos, por caso abogados y arquitectos, que puedan asesorar antes de lanzarse a la aventura con los ojos vendados para no pasar de depredadores a presa fácil.

Las casas no se regalan: otro gran error de aquellos inversores inexpertos es creer que las casas “se regalan”. En términos generales, nadie ha de desprenderse de su inmueble por centavos por lo que hay que tener ciertos parámetros realistas para poder manejar los recursos a los que hacíamos referencia con anterioridad. Ahora bien, si el concepto regalado no existe, sí puede darse que el precio se reduzca por diferentes motivos hasta hacer parecer al inmueble una ganga. Pero aquí hay que estar precavido para entender por qué lo es y cómo se ha de afrontar, porque las casas no se regalan.

Reformar no es un trámite: recuerde, en consonancia a lo explicado por los arquitectos e ingenieros, una reforma o remodelación lejos está de ser aquel canto a la vida que se suele ver por televisión. Muchos de los profesionales aseguran que si esto fuera así, cada tantos años se estarían haciendo grandes cambios, cuando en realidad esto difiere mucho de la realidad. Volvamos al comienzo, no se trata de una tarea imposible o que no tenga sus recompensas, pero de ahí a que sea un camino sencillo es algo muy diferente. No contar con los recursos o la mentalidad necesaria, hace que la experiencia pueda ser peor.

Hágalo usted mismo o con profesionales adecuados: los inversores se suelen diferenciar entre aquellos que son novatos y tienen mucho por aprender de aquellos que se comportan de un modo más seguro y profesional. Esto se ve, por caso, en el rol que se asume. Si quiere ahorrarse el dinero que debería pagarle a empleados y hacerlo usted mismo analice sus conocimientos y disponibilidad de horarios, pero también invierta en un seguro de accidentes personales. Si prefiere contratar equipos que hagan el trabajo recuerde que la plata no es todo, pida referencias y evalúe trabajos, en esta situación solicite que las cuadrillas cuenten con las medidas de seguridad que, aunque cuesten un poco más, garantizan tranquilidad presente y futura.

Las sorpresas: toda reforma, por más simple y sencilla que pueda parecer, tiene sus sorpresas y lo mejor es estar preparado para ellas desde el punto de vista anímico y con bases sólidas para pasar de la preocupación a la ocupación. ¿Se acuerda que las casas no las regalan? Bueno en parte es porque los propietarios saben que tienen “cositas” y en otras no están seguros, pero lo intuyen y por ese motivo están dispuestos a bajar el precio. Otras veces las sorpresas no han sido escondidas por nadie, pero de todos modos aparecen y van desde lo constructivo, económico, comercial hasta cuestiones relacionadas con la seguridad.

El después de: este punto está ligado íntimamente con las sorpresas porque implica pensar y analizar cómo se resuelven las mismas. Por caso qué se hace después de un robo en la obra, de una tormenta que no cesa, de presupuestos que van sufriendo modificaciones, entre otras. Al aventurarse a comprar, reformar y vender es indispensable aceptar que hay cuestiones que corren por su propia responsabilidad y otras tantas que no están en sus manos, pero que hacen al resultado final. Como consejo: lo importante es que pueda pensar de manera holgada las sorpresas y sus soluciones para que no empiecen a ser desfazadas o menos de lo que uno está dispuesto a aceptar como estándar de calidad.

¿Calidad vs presupuesto?: un criterio importante a tener en cuenta en todo momento es el presupuesto que se tiene para utilizar en el que se establezca, entre otros, un monto para las sorpresas y las soluciones que se requieran. Hacerlo de esta manera garantiza que se esté seguro respecto a la concreción de los logros establecidos y en los plazos prefijados. De igual forma evitará que en algún momento se pierda noción respecto a la calidad de lo que se compra, tanto si se quiere gastar de más recortando ganancias o bien gastar de más, pero atendiendo en qué otros aspectos habrá que bajar expectativas. La ecuación siempre tiene que reflejar que la gente no compra locuras y desconfía de casas regaladas.

No hay casa fea que no se venda ni linda que quiera todo el mundo: la calidad vs presupuesto, sumado a la participación de expertos que puedan ayudar en la toma de decisiones pensando en potenciales clientes, lleva a entender que “No hay casa fea que no se venda ni linda que quiera todo el mundo”. Todo el esfuerzo y dedicación del proyecto tiene que coronarse con la concreción de la venta y que esta refleje el resultado que se buscaba. Ese resultado, en más de una ocasión, significará poder volver a invertir con más recursos o apuntando a una liga un poco más fuerte.

A estos 10 consejos para comprar, reformar y vender habría que sumarle una recomendación más y es invertir en un seguro de hogar que le garantice respaldo y tranquilidad durante el proceso de reforma y lo acompañe hasta que un nuevo propietario ingrese.

Invertir bien es mucho más que solo creer que si quiere puede. Vaya seguro para que los inconvenientes que surjan no se conviertan en traumas dentro de su negocio de reformas.