Citroën 2CV, 3CV o sencillamente el auto de Mafalda

Amado mucho más que odiado, pero ambas con ganas y pasión, el Citroën 2CV, 3CV y todas sus variantes tienen una presencia muy fuerte en la vida de los argentinos, aunque más no sea para contar alguna anécdota o por lo menos ser capaces de decir “el auto de Mafalda” al verlo por la calle donde aún, tras sus largos años de historia, sigue tan vigente como en su época de oro.
hace 3 años
Citroën 2CV, 3CV o sencillamente el auto de Mafalda

En el año 1934 Pierre-Jules Boulanger, por entonces nuevo director general de Citroën, llevó adelante un sueño que le pertenecía nada más y nada menos que el mismo André Citroën quien anhelaba permitirle a los franceses subir a un vehículo que fuera económico, seguro, versátil y que pudiera transportar cómodamente a cuatro personas ¡Ah y que fuera también de consumo masivo!

Hasta aquí todo parecía relativamente fácil para el proyecto denominado Toute Petite Voiture que traducido sería coche muy pequeño. Para que fuese más divertida la cosa debía ser apto para transportar huevos en canastas por los caminos rurales y tener la altura suficiente para que una persona pudiera ir bien sentado con su sombrero puesto, porque ante todo la elegancia.

Cuando en Citroën ya estaba todo listo para su lanzamiento, estalló la Segunda Guerra Mundial. Ante la inminencia de la ocupación, se destruyeron 250 prototipos para evitar que los alemanes puedan verlos. Sin embargo, se escondieron 3 unidades que recién en la década del ’90 fueron sacadas a la luz, formando parte en la actualidad del museo de la marca.

La producción del 2CV (conocido así por los dos caballos de fuerza que hace referencia a la potencia fiscal del primer modelo) comenzó en el año 1948, representando todo un logro para Citroën que podía vender un auto práctico para las familias a un precio que lo hacía accesible. Este, que tiene muchas denominaciones cariñosas como La Rana y que solo en Argentina evolucionó a 3CV, fue un éxito en su país de origen y en el mundo entero.

Para fanáticos y no tan fanáticos

Es interesante ver cómo al hablar de los clásicos de nuestra cultura se piensa en aspectos que les son únicos y que, al mismo tiempo, sintetizan todo un concepto. Por ejemplo, quién puede separar a Tato Bores de su peluca, sus anteojos, su frac y ni qué decir sus monólogos. Lo mismo sucede con Alberto Olmedo y sus miradas a cámara, sus improvisaciones, las tentadas e incluso sus chicas.

Es en este universo de cosas que quienes no saben nada de autos ni de historietas cómicas argentinas, si saben que Mafalda y Citroën van de la mano, quizás más precisamente el padre de esta niña tan amiga de la radio, la democracia y el deseo de cambiar el mundo.

Si se dice “gracias, Miguelito, gracias” la gran mayoría recordará cómo el papá de Mafalda limpia el auto con la corbata, o “es uno de los pocos autos donde lo importante sigue siendo la persona” dicha a un soñador e incrédulo Miguelito, nos sitúa en contexto de lo que se habla. Ni qué decir al persistente “Pipí” de Guille y la vuelta a la ruta, porque Quino y el Citroën del papá de Mafalda supieron unir un mundo de fanáticos y no fanáticos, algo así como lo que siempre soñó la niña que sucediera entre “rusos y yankis”.

Ahora bien, ¿sabía usted que la revista Antifaz, de García Ferré, regalaba en el año 1976 un Citroën 3CV entre los lectores que completaran el antifazgrama? Como promoción, un sonriente Hijitus aseguraba “¡sin duda el ganador de este automóvil se sentirá feliz!”.

Fuera de Argentina, “La Rana”, también dijo presente en Las aventuras de Tintín, Mortadelo y Filemon, y Charlie Brown y Snoopy, entre otras.

Tras su manto de neblinas, no las hemos de olvidar

En la web oficial de Líneas Aéreas del Estado (LADE) se puede leer que este “es el único Organismo Estatal de Transporte Aéreo de Fomento”. Este depende de la Fuerza Aérea Argentina y del Ministerio de Defensa de la Nación, teniendo como deseo fundacional “la necesidad de emprender una acción comunitaria que uniese los centros de mayor densidad poblacional con los alejados pueblos de nuestro territorio, carentes de medios rápidos y regulares de comunicación creando nuevas rutas que luego serían explotadas por empresas privadas”.

Desde el año 1972, y por una década, LADE hizo escala en Puerto Argentino de las Islas Malvinas mediante dos vuelos semanales. Desde la Base Aérea Militar de Comodoro Rivadavia, partió en el año 1974, el vuelo de Líneas Aéreas del Estado que entre otros llevaba a Jorge Augé Bacqué.

Bacqué fue un reconocido periodista deportivo que por entonces era gerente de comunicaciones de Citroën y uno de los encargados de llevar un 3CV a las Islas Malvinas. La función de este vehículo era brindar apoyo a los miembros de LADE que se encontraban en el archipiélago sobrellevando el clima hostil y la turba tan característica de nuestras islas.

Si tu viejo te regaló esta batata te odia

Hasta no hace muchos años ciertos recuerdos se transmitían de manera oral cobrando mayor importancia quien se encargaba de narrar la historia y su habilidad para retener detalles, cuando no, para modificar lo sucedido.

Un capítulo de novela perdido, la maravillosa escena de un dibujito animado, las declaraciones de un famoso, una pirueta mágica de algún partido de fútbol, son algunos de esos hechos que necesitaban ser contados a quienes se los habían perdido, entrando en el lote de los desafortunados excluidos.

Por suerte Youtube ha venido a cambiar esto, convirtiéndose en un reservorio de lo audiovisual en la que las diferentes generaciones pueden bucear horas siendo así su propio programador de lo que realmente desea ver. Esto significa traer al presente aquello que uno se ha perdido de ver, como también aquello que se anhela volver a ver.

Un caso emblemático es el de la publicidad de los chocolates Suchard que ha pasado a la historia, más que por el producto que se deseaba promocionar, por el incomparable protagonismo que tuvo el icónico Citroen 3CV que transporta a un grupo de enamoradizos amigos a bordo de esa “batata”. En un semáforo, se le estaciona al lado un Ford Escort Cabriolet y luego, gracias al mismo semáforo, un Volkswagen Tipo 1 “Escarabajo”, posicionando al Citroen como centro de atención por sus cualidades y carencias.

El recuerdo de los ’90 con el plan de convertibilidad a pleno, el dulce que es sinónimo de “mucho dulce de leche y mucho chocolate” compartido entre amigos y el cariño que solo un vehículo tan familiar puede causar, vuelve a vivir gracias a las bondades de Youtube y las almas caritativas que allí quieren compartir para que no existan más excluidos.

Un auto para la historia

Pensado para las familias en un contexto específico y ciertamente poco feliz, “La Pava” como también se llamó popularmente al vehículo fue el artífice de que la juventud pudiera tener un auto sencillo, pero no simple y ganar así un espacio de libertad para los tiempos que venían.

El Citroën 3CV más amado que odiado sigue de aventuras e incluso siendo la excusa perfecta para armar clubes por todo el mundo.