7 principios para vivir el home office en un ambiente saludable
Como es bien sabido el teletrabajo es una realidad que se está imponiendo cada vez más entre los trabajadores y las empresas, por diferentes variables; por caso, comodidad, acuerdo y pandemia. Los especialistas explican que, aunque se suelen utilizar como sinónimos, el teletrabajo es mucho más amplio que el home office ya que por ejemplo implica trabajar desde una cafetería, biblioteca o donde se pueda estar cómodo y a gusto.
El hecho de crear ambientes saludables es fundamental en esta modalidad de trabajo a distancia aunque no siempre se atiende como es debido, ni por las empresas como tampoco por los propios trabajadores. Adaptarse al home office es mucho más que solo quedarse a trabajar en casa ya que implica tener conducta, capacidad, actitud y, no pocas veces, un cambio de perspectiva.
En este artículo le presentamos siete ideas para que su desempeño y su salud no se vean resentidos.
Lugar propicio: lograr una rutina es indispensable y crear un lugar adecuado para poder trabajar es vital a los fines de evitar cualquier tipo de distracción o confusión. Cualquiera sea el tamaño y lugar elegido para desarrollar sus tareas, manténgalo como tal, esto evitará tener que trabajar por cualquier lugar de la casa con los riesgos que esto conlleva y la sensación estresante de sentir que el trabajo lo invade.
Luminoso y ventilado: como regla general ese lugar elegido debe brindarle luz natural y la posibilidad de ser ventilado con total facilidad a los fines de crear espacios tan agradables como saludables. Estar sentado en un rincón de la casa y más si este espacio es oscuro o tiene algún problema edilicio (humedad o mal pintado, por citar los más comunes) genera agobio y ansiedad.
Ergonomía y versatilidad: el mobiliario escogido debe brindarle la posibilidad de trabajar sin que su físico ni su salud mental se vean resentidas por posiciones que no son cómodas ni tampoco funcionales. Un principio a respetar es que las herramientas que utiliza deben amoldarse a sus necesidades y no al revés.
Orden y progreso: el lugar destinado como espacio de trabajo tiene que estar ordenado y estructurado de tal forma que se reduzca al mínimo la posibilidad de tropezarse con algo fuera de lugar o enredarse con cables lo cual genera, sin dudas, altas posibilidades de tener un accidente personal.
Ropa adecuada: cada vez más los especialistas hacen hincapié en el hecho de evitar los pijamas como look diario o mantenerse con la misma ropa con el criterio de que nadie lo está viendo. Esta actitud que en un principio parece cómoda puede provocar un estado de ánimo que enciende las señales de alerta.
Alimentación saludable: entender que, aunque se está en su propio hogar, está trabajando es vital para no caer en malos hábitos como distraerse con la televisión o las redes sociales o incluso comer de manera constante o movilizarse poco. Por su salud y su rendimiento evite el “picoteo”.
Contar con un seguro adecuado: este detalle es, en la gran mayoría de los casos, pasado por alto porque no se percibe como una necesidad ni mucho menos una inversión. Sin embargo, resulta indispensable a la luz de los hechos y más aun cuando el hábito indica trabajar acostado o sentados en posiciones poco saludables en el corto plazo. Disponer de un seguro de home office habla de cuánto lo valoran y cuánto usted se valora.
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