10 principios fundamentales para decidirse por un seguro

Es muy común que al elegir un producto o servicio las personas tiendan a verlos, analizarlos y compararlos con esas áreas en las que son expertos o, por lo menos, sienten que se pueden mover con cierta soltura.
hace 1 año, 7 meses
10 principios fundamentales para decidirse por un seguro

Siguiendo este criterio se puede pensar en una casa que se ve sólida y analizarla con la historia entendiendo que puede caerse como ha sucedido con varios imperios. Un auto 0 kilómetro que se parece a esos clubes de fútbol costosos, pero en el que cada figurita no ayuda a conformar un equipo coherente o que satisfaga como se espera.

En estos tiempos donde tanta gente está pensando cómo emprender para crecer o, por lo menos, para no meter la pata, los seguros pueden ser pensados con criterios empresariales de decisión.

Atención cuando se toma una decisión tanto para las cosas trilladas de todos los días hasta las que pueden marcar el futuro, todas ellas implican elecciones, descartes, posibilidades, certezas y riesgos. Para lograr que los errores sean los menos posibles, o intentando reducir su dureza, desde CompreSeguros.com le brindamos los 10 principios fundamentales para decidirse por un seguro.

Decidirse puede ser fácil y seguro

Decidirse por un seguro no es tan difícil como suele creerse porque puede pensarse como un elemento más de un negocio exitoso a través de 10 principios fundamentales.

Decidir razonablemente bien: cuando se escoge un seguro, de autos por ejemplo, es común que los clientes tengan un poderoso sentimiento de responsabilidad como si esto implicase que nada pudiera fallar y que de ellos depende el éxito o fracaso de la elección. Así, aceptar que se puede optar por una compañía de seguros que premie la no siniestralidad y hacer el mayor esfuerzo por no fallar nunca, pero su logro no siempre está en manos del cliente. Es por eso que decidir razonablemente bien implica entender la existencia de imprevistos y tener claro el objetivo que se desea alcanzar con dicha decisión.

¿Qué objetivos?: al igual que sucede con cualquier emprendimiento donde no se sabe qué es lo que se quiere lograr, con la decisión de un seguro sucede exactamente lo mismo porque no siempre se trata de una decisión obligatoria en la que sabe “usted quiere circular en moto pues entonces necesita su seguro correspondiente” y ante la incertidumbre de los voluntarios, como el de accidentes personales, entran las dudas y sobre todo las disconformidades. Para decidir, sobre la necesidad de un seguro determinado y luego la idoneidad de cada producto, debe responderse de manera sencilla ¿qué objetivos tiene a corto y largo plazo?

El rol de la realidad: es habitual que las personas tengan la esperanza de que las cosas pueden ir mejor y que, por algún motivo más o menos valedero, esto puede ser posible. Sin embargo es indispensable pensar dentro de un contexto de realidad para decidirse por un seguro y, similar a decidir razonablemente bien, aceptar que no todo siempre depende de la elección del asegurado. Por caso es necesario contratar un seguro porque la realidad indica que la inseguridad de su zona así lo amerita, pero también la realidad lleva a elegir un producto que sea acorde a sus posibilidades para evitar cambios innecesarios o tener que sumarse el problema de un seguro caro impagable o un seguro económico que deja afuera coberturas que usted necesita. El rol de la realidad es poner un contexto a la decisión.

Sembrar la duda: este consejo aplica para todo el día, todo el año y en cualquier ámbito en el que usted tenga que tomar una decisión. Sembrar la duda es no creer que los demás se equivocan, pero uno no. Al tomar una decisión respecto a los seguros el autoengaño tiene muchas formas y presentaciones, las más habituales son creer que todas las aseguradoras son iguales, que las pólizas son mejores cuanto más caras son, que el cliente siempre tiene la razón. Tener dudas significa que comprar un auto, emprender un negocio, realizar un viaje, asociarse con alguien o elegir un seguro, entre tantas otras cosas, necesitan ser evaluadas desde diferentes puntos de vista buscando, gracias a ellos, encontrar los puntos flojos o factibles de ser mejorados sin autoengaños o ilusiones que luego no se cumplen.

Un punto en el cuadro: relacionado con el punto anterior, un principio fundamental para decidirse por un seguro es no encandilarse con un solo dato haciendo caso omiso a otro tipo de cuestiones que también hacen a una correcta valoración. Es lógico que a la hora de tomar una decisión se haya hecho un recorte respecto a ciertas cuestiones necesarias para, de forma operativa, lograr arribar a un resultado, pero siempre sabiendo qué asuntos se atendió y cuáles no, pero también por qué. Por caso para muchos asegurados es importante que se premie la no siniestralidad, que se brinden beneficios por la fidelidad o incluso que se otorguen servicios fuera de lo que es la propia póliza y no se atienden a los comentarios de otros clientes y/o terceros. El punto en el cuadro es bueno para los clientes de cualquier rubro que son detallistas, pero peligroso para los dispersos.

Lo desconocido: para tomar una decisión, más si hablamos de seguros, es importante aceptar aquellas cosas y/o aspectos que se desconocen para luego poder actuar en consecuencia. Un primer paso luego de aceptar las posibles limitaciones es buscar a quién/es puedan resolverlas brindando la seguridad y confianza para poder decidir o incluso tener más claro el panorama. Encontrar respuestas no es siempre igual, en ocasiones alcanza con preguntarle a quien se tiene al lado mientras que en otras hay que recurrir a profesionales como puede ser un productor de seguros. Lo desconocido permite que se vuelva siempre a foja cero si es necesario o bien que esta idea pueda ser recurrente, pero lo más importante es no dejarla pasar como si esto no tuviera consecuencias de algún tipo.

¿Hay más opciones disponibles?: para poder estar seguro de las decisiones que se toman y de la pertinencia de la póliza que se contrata es indispensable estar abierto a escuchar otras alternativas. Este es un gran problema para quienes ven al seguro como si fuera un gasto y no una inversión por lo que la mejor decisión es “sacarse el tema de encima” y se elige lo ya conocido, el precio más barato o lo primero que encuentra. Un principio fundamental para decidirse por un seguro es salir de la caja y aceptar que, gracias a la amplia disponibilidad de aseguradoras en el mercado y sus múltiples propuestas, tal vez hay otras que pueden ser más convenientes para sus requisitos, estilos o forma de ver las cosas. En estos casos, para no sentirse abrumado por la oferta, es recomendable acudir a profesionales de confianza y herramientas eficientes como un cotizador online, porque sí, siempre hay más opciones disponibles.

El fin de la decisión: cuando se piensa en un seguro es fundamental poder ver cuál será la consecuencia de la decisión que se tome. Por ejemplo, se entiende al seguro de auto como una obligación para poder circular y una forma de poner a resguardo uno de los patrimonios más importantes que dispone el asegurado solo comparable con el hogar, pero ¿se vislumbra que con este se perfila la tranquilidad del asegurado y, sobre todo, la de aquellas personas que lo quieren? El fin de la decisión, a corto y largo plazo, tiene que ser clara al momento de optar por una propuesta concreta de inversión.

Decidirse es actuar: todos los puntos que hemos descripto tienen que pasar de la evaluación a una concreción material que sea el broche de oro de la inversión de recursos que se ha hecho. Si se pudo dilucidar cuál es la mejor aseguradora del mercado de acuerdo a sus principios, el seguro más conveniente en relación precio y calidad, entre otras, es impensado que no se arriesgue a contratarlo o peor aún que se elija una opción que no le cierra, pero es más barata o más cómoda.

El seguro es parte de un todo: a la hora de optar por la conveniencia o no de un seguro es indispensable que se acepte a este como parte de un proyecto en el que lo más importante es el asegurado, su familia, su patrimonio, su emprendimiento o todo eso junto. Aceptar que el seguro es parte de un todo y que ese todo puede afectar el presente y futuro de muchas más personas que aquel que toma la póliza, lleva a que los diez principios fundamentales para decidirse se tomen a consciencia y se revisen periódicamente evitando tratarlos como una lista en la que se tachan los resueltos y se visan los que aún falta resolver.

Decidirse puede ser fácil y seguro, no requiere más que su compromiso para reconocer cuál es su lugar y sus prioridades para luego ir por ellos aceptando que con estos impactará de lleno en su presente y futuro, pero sobre todo en sus proyectos y seres queridos.