10 consejos para manejar en la ciudad

Quizás es mucha la gente que no se siente identificada con la descripción, sin embargo, existe una alta tasa de conductores, de ambos sexos y todas las edades, que se sienten quemados al tener que estar frente al volante.

Incluso esto sucede con personas que no tienen malas experiencias o incluso que gustaban de manejar, pero que han perdido esa alegría que implica conducir en esas junglas de cemento en el que pareciera que la regla es que no hay norma o, en términos más suaves, todo se puede en su justa medida.

En este artículo le brindamos 10 consejos para que manejar en la ciudad no sea un calvario.

¿Qué causa manejar en ciudad?

Conducir en la ciudad, póngale usted el nombre que desee, es para la mayoría de las personas una actividad llena de adrenalina. En muchos casos es una acción que implica gran cantidad de kilómetros diarios y no resulta una tarea pesada.

En otra importante porción de quienes poseen un automóvil, esta tarea no resulta tan agradable generando stress. Esta sensación se presenta habitualmente con taquicardias, sudoración y respiración agitada, haciendo casi imposible, pero sobre todo peligrosa, esta misión.

El vehículo, la postura, la condición del tránsito, el apuro, la seguridad y la experiencia al volante son algunas de las variables que hacen de conducir un sueño o una pesadilla.

10 consejos para cualquier ciudad

Al momento de pensar en consejos que sean efectivos para los lectores hay que entender la heterogeneidad del público y también comprender que este tema presenta varias aristas para abordarlo. Por caso es necesario hacer un listado de consejos para conductores novatos y otros ya cansados de tanta experiencia, solo por pintar un panorama.

Digamos entonces que este decálogo surge de consejos brindados por conductores profesionales, instructores de manejo, psicólogos, expertos en seguridad vial y los años de experiencia de los profesionales de Compreseguros.com brindando soluciones efectivas a los conductores de todo el país.

Todos quieren llegar a tiempo: esta norma nunca falla porque, en esencia, a nadie le gusta perder su valioso recurso. Luego puede darse que el conductor salga tarde de la casa, se equivoque el camino o incluso que se encuentre con algún imprevisto que atenta contra su planificación. Entonces, y de acuerdo al conocimiento propio de cada ciudad, hay que aprender a salir con tiempo teniendo en cuenta qué es realista esperar que pase. Ese realismo, además de evitar pérdidas de tiempo y enojos, puede que incluso le juegue a favor evitando cuanto sea posible el estrés y los malos momentos.

Al igual que usted, todos quieren usar un atajo: este es un consejo sabio dado por los conductores que a diario pasan horas y horas arriba de su vehículo aprendiendo a leer el comportamiento de la ciudad. Estos afirman que muchos embotellamientos se dan por el propio caos generado por los conductores que para llegar a destino buscan utilizar caminos más cortos que, aunque no está mal, resultan el atajo de muchos y es ahí donde radica el problema, cuando el secreto se vuelve vox populi y no le avisan.

Una ruta alternativa, para variar un poco: diagramar caminos alternativos no solo es una excelente decisión, sino que resulta fundamental cuando la rutina puede volverse tediosa. Es decir, muchos automovilistas trazan una ruta para ir, por ejemplo, al trabajo y la respetan a rajatabla, pero tienen previstos otros recorridos en caso que hubiera un accidente, un anegamiento, una manifestación, entre otras. Tener vías alternativas para conducir significa hoy una regla de manual en términos prácticos, pero además es una saludable opción para quienes gustan de variar el paisaje y hacer un poco menos sofocante el hecho de actuar de manera automática.

Evitar los automatismos: cuando se aprende a conducir lo más común es creer que no se podrá hacer varias operaciones al mismo tiempo, todo resulta demasiado; sin embargo, ese agobio de prestar atención a todo va dando paso, con la práctica, a que todo fluya de manera casi artística donde se puede manejar casi con los ojos cerrados. Pues bien, no hay que tentarse con manejar con los ojos cerrados como tampoco ir olvidando aquellos consejos que hacen al aprendizaje, como no cuidarse de frenar bruscamente, acelerar de forma desmesurada, olvidarse de los guiños y los espejos, solo por hablar de algunos olvidos seguros propios del automatismo.

Cuidar las posturas: los especialistas hablan de posturas corporales adecuadas para soportar la actividad de conducir como uno de los elementos más descuidados o pasados por alto por parte de hombres y mujeres al momento de estar frente al volante. En tal sentido contar con asientos en condiciones es fundamental como también lo es apoyar bien la espalda, la correcta distancia personal con los comandos y la forma de tomar el volante, entre otros aspectos, hacen a una mejor conducción.

Todo en condiciones: esta es una verdad conocida por todos pero que, sin embargo, por falta de tiempo, de ganas o de recursos se va dejando de lado y realmente interfiere en la tranquilidad de quien está al volante. Tener todo en condiciones es muy amplio, pero va desde contar con el seguro del automóvil y los papeles en regla, hasta conocer al auto en su más mínimo detalle para saber si necesita un control antes que se presente un problema mayor.

Elija sus horarios: otro factor que hace o no a la conducción satisfactoria es el hecho de decidir en qué momento del día o en qué horarios prefiere hacer uso de su automóvil. Aunque es muy probable que cuestione este punto por ser un tanto difícil poder programar en qué horarios se ha de manejar, lo cierto es que resulta positivo aceptar esta realidad que es absolutamente subjetiva y, en la medida de lo posible, trazar un horario. Es más que evidente que conducir enojado, con hambre, con sueño o la inversa, alegre, bien dormido, seguro de a dónde y a qué hora se quiere llegar hace a la tolerancia y los buenos resultados al volante.

No es el único en la ciudad: sin importar edad, experiencia ni su vehículo, es clave que entienda que no es el único conduciendo. Este consejo parece fácil de comprender e incluso innecesario, pero más de uno no entiende el verdadero alcance del mismo. No es el único que está manejando y esto no lo autoriza a que crea que puede imponer su ley y sus reglas, pero también significa que preste atención a los demás conductores para evitar malos momentos. La misma cuestión social debe llevarlo a considerar si cuenta con el seguro de autos que usted realmente necesita.

Sea respetuoso: este es un consejo que se lo damos gratis y surge a partir de la experiencia de aceptar que así es más fácil sobrellevar esta tarea cotidiana que no es agradable para todo el mundo. Ser respetuoso tiene que ver con principios y modales, con salud física y mental, propia y ajena, pero también con aceptar que a quienes se creen únicos en la ciudad y que no le deben respeto a nadie lo terminan encontrando, tarde o temprano, de mala manera. En definitiva, por su propio bien y el de su familia, sea respetuoso.

Yo me bajo: un último consejo es tratar de asimilar todas las herramientas con las que cuenta para hacer de la conducción por la ciudad algo más placentero o, por lo menos si esto no fuese posible, lo menos traumático posible. Sin embargo, es válido pensar en alternativas como cederle el volante a otra persona de la familia o turnarse para hacerlo. Incluso es posible también aceptar que si el problema lo supera hay que recurrir a alternativas para movilizarse como lo es el transporte público. No es una deshonra ni nada que se le parezca reconocer que no desea vivir la experiencia de conducir en la ciudad.

Consejos de yapa

Como hemos dicho esta lista de consejos para manejar en la ciudad puede ser ampliada en muchos puntos, pero alguno de los que no queríamos pasar por alto, entre otros, son pensar en la posibilidad de no realizar todo el viaje en el automóvil, esto significa hacer trasbordo a transportes públicos en lugares seguros o accesibles a tal fin.

Del mismo modo hay que destacar que, por nuevos o usados, nacionales o importados, hay vehículos que parecieran llamar más la atención y eso no es algo bien visto por todos los conductores, en tal caso tenerlo en cuenta desde el principio puede evitarle más de un mal momento.