Amado mucho más que odiado, pero ambas con ganas y pasión, el Citroën 2CV, 3CV y todas sus variantes tienen una presencia muy fuerte en la vida de los argentinos, aunque más no sea para contar alguna anécdota o por lo menos ser capaces de decir “el auto de Mafalda” al verlo por la calle donde aún, tras sus largos años de historia, sigue tan vigente como en su época de oro.
El fervor de los fanáticos argentinos es una característica que se conoce en gran parte del mundo. Además de Maradona y el tango, lo pasional del aficionado argentino es algo que destaca de la media y también por ello muchas bandas de música deciden abrir sus giras latinoamericanas en Argentina.
Decidir que algo es feo de manera habitual despierta polémicas porque se pueden herir sentimientos y despertarse fanatismos, quizás sea un poco exagerado este comienzo, pero no es menos cierto que para gustos los colores.
Juan Manuel Fangio es uno de los grandes ídolos de la historia del automovilismo argentino, con muchos incondicionales de sus hazañas que han seguido cada una de sus carreras, alimentando la gran ilusión de poner la celeste y blanca en los podios del mundo.
A quien no le ha pasado encontrarse con alguna de las películas clásicas y quedarse pegado a la pantalla jurando que no la verá de nuevo por vez millonésima y, sin embargo, nadie nos logra apartar (incluso si podemos sumamos más espectadores); porque disfrutar de los clásicos es uno de esos placeres en los que uno puede caer una y otra vez.